Se suma el Episcopado Mexicano a la condena por la violencia hacia mujeres
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) formalizó su
adhesión a la condena por la violencia hacia las mujeres en el país, a través
de un comunicado firmado por sus obispos,
Lo firman Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y
presidente de la CEM; Carlos Garfias
Merlos, arzobispo de Morelia, Michoacán, y
vicepresidente de la CEM; y los obispos Alfonso G. Miranda Guardiola, de
Monterrey, Nuevo León; Guillermo Ortiz Mondragón, de Cuautitlán, Estado de
México, y Enrique Díaz Díaz, de Irapuato, Guanajuato.
“Nos duele profundamente la violencia contra la mujer, que
se ha expresado en un nuevo y agresivo rostro visible ante nuestros ojos, en
una forma tan cruel que genera desconcierto, dolor, amargura, tristeza, llanto,
indignación, impotencia y muchos deseos de venganza", establecieron los
obispos católicos a través del comunicado, este domingo.
Se refieren al "brutal asesinato de la joven Ingrid y
de la pequeña Fátima, así como las muertes de una bebé llamada Karol y de Mayte
Viridiana Aguilar”, y sostienen que “son crímenes que por su brutalidad nos han
dejado perplejos y nos han llenado de dolor y tristeza. A sus papás,
familiares, maestros y compañeros, nuestro consuelo y fortaleza, nuestra
cercanía y aliento".
Añaden que en este contexto de violencia, "no son
extrañas las protestas públicas, pues tan sólo a finales del 2019 se
registraron 1006 víctimas de feminicidio. Nos duele profundamente la violencia
contra la mujer, que se ha expresado en un nuevo y agresivo rostro visible ante
nuestros ojos, en una forma tan cruel que genera desconcierto, dolor, amargura,
tristeza, llanto, indignación, impotencia y muchos deseos de venganza".
Explican que levantan la voz, "para dar palabra al
dolor y a todos los afectados por él, pues el dolor que no habla gime en el
corazón hasta que lo rompe, y deseamos ubicarnos desde la fe para que
ofrezcamos presencia en palabras, diálogo y encuentro para abrirnos a la compasión.
El grito de dolor de las víctimas de las violencias clama al cielo por
justicia. Los cristianos no podemos permanecer indiferentes. Nos urge el celo
profético de Jesús de Nazaret".
Afirman que "esta realidad nos hace enfrentar una
auténtica emergencia educativa pues hemos perdido los referentes básicos de la
convivencia humana: la verdad, la bondad y la belleza. En México tenemos una
visión muy estrecha de la educación, pues suele reducirse al marco de la
institución escolar. No negamos la importancia de ella, pero no es suficiente.
Reconocemos la necesidad de una base educativa que implique la vida familiar.
La indispensable instrucción sobre las ciencias, con la conciencia de que las
disciplinas que se presentan en las escuelas, no pueden sustituir la educación
que la familia puede dar".
Señalan que en México hay "urgencia de justicia, paz y
misericordia tiene que traducirse en estilos de vida y de desarrollo humano que
posibiliten una vida digna para todos. Hoy, toda acción social, económica y
política tienen que transformarse en un eje central del bienestar de la
persona, antes que ideologías, discursos o estadísticas".
Precisan que en esa tarea, "todos somos corresponsables
para resolver la crisis de humanidad que enfrentamos: la familia, la escuela,
los medios de comunicación, las iglesias -entre otros- somos actores sociales
que tenemos una responsabilidad en la misión de forjar una cultura de esperanza
y de paz. Nuestros esfuerzos están invitados a sumarse a la responsabilidad del
Estado en procurar la justicia y, con sus políticas públicas, respaldar la
cultura de la esperanza y la paz".
Agregan que como Iglesia Católica en México, "queremos
comprometernos a impulsar la primera infancia como un urgente desafío para
procurar, además de su protección, también su desarrollo humano, integral y
solidario. Confirmamos nuestro compromiso para hacerlo de manera más acelerada
y seria, buscando garantizar que los niños y niñas, adolescentes, así como
jóvenes mexicanos vivan con la mayor dignidad y calidad de vida. También nos
comprometemos a llevar nuestros Centros de Escucha y nuestros centros de
Atención a personas adictas para ofrecer atención a las víctimas de las
violencias a cada rincón del país, y ofrecer un esfuerzo por colaborar a
restablecer el tejido social, hoy tan dañado, reconstruyendo a las personas y
reconstruyendo la integración dentro de nuestra sociedad".
Asimismo hacen un llamado "a todos los creyentes y
personas de buena voluntad para poner lo que está en nuestras manos e impedir
que crezca y se extienda más la violencia, de manera muy especial les invitamos
a todos a respetar a las mujeres y reconocer el derecho que ellas tienen, de
promover su dignidad, garantizando su libertad e integridad en nuestra
sociedad".
Finalmente, manifiestan que "María Santísima, que
sufrió la muerte de su Hijo Jesús, dé paz en el corazón y fortalezca a los
familiares de Ingrid, Fátima, Karol y Mayte y a todos los hermanos y hermanas
que sufren, Ella nos inspire a todos para sembrar la tolerancia, el respeto, la
justicia, el perdón y la paz que necesita nuestro amado pueblo de México".
(www.agenciairza.com)
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