“Se seca” el árbol de roble que replantaron junto al Huacapa


El árbol de roble amarillo o guayacán que fue sembrado en la margen del río Huacapa para sustituir a un viejo ficus que fue retirado porque estorbaba en la construcción de la ciclovía, luce seco, sin ni una sola hoja, ni flores, lo que hace suponer que no se adaptó al suelo de esta ciudad y está muriendo.
El pasado 31 de enero, personal de una empresa asentada en la ciudad de Cuernavaca trajo a esta ciudad el árbol de 12 años de edad que dijeron es propicio para adaptarse a este clima y es una planta que no genera grandes raíces que dañen las banquetas, además de que en temporada da mucha flor amarilla.
En un recorrido que realizamos ayer en la zona apreciamos que el árbol tumbó todo su follaje y flores para dejar las puras ramas.
En su momento los trabajadores de la empresa que construye la ciclovía comentaron que no se trata solo del retiro del árbol sino de una sustitución, porque en el lugar donde se retiró un ficus sería colocado un nuevo árbol de una especie que sea más adecuada para este lugar.
El roble amarillo es un árbol que alcanza hasta 5 metros de alto; el tronco puede llegar a tener un diámetros de hasta 60 cm, es caducifolio (que pierde las hojas en condiciones de sequía), ramas escasas gruesas y ascendentes; fuste recto. La corteza es áspera de color gris a café oscuro, tiene grietas verticales, profundas y forman placas anchas de color café oscuro. Hojas opuestas, con 5 hojuelas, de 5 a 25 cm de largo y de 8 a 20 cm de ancho.
El árbol es originario de Centroamérica y por ende muy acorde a cimas templados como el nuestro.
La persona que a finales de enero dirigió la resiembra del árbol indicó que el espécimen lo trajeron de un vivero de la ciudad de Cuernavaca y tuvo un costo de 25 mil pesos más los gastos de maniobra. (Por Abel Miranda Ayala)

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