En las bodas comunitarias de esta capital se formalizaron 233 parejas


Abel Miranda Ayala

Luego de 33 años de vivir en unión libre con su esposa, Don Genaro Mosso Lara decidió ofrecer como regalo del Día del Amor y la amistad unir sus vidas en legitimo matrimonio a su ahora esposa María de Jesús Juárez López; ambos son indígenas provenientes del municipio de Olinalá y fueron
parte de las 233 bodas comunitarias que se realizaron este viernes en la explanada del zócalo de Chilpancingo.
Me siento muy feliz de haber venido y fue una emoción muy grande recibir el acta, “porque a mis años aún no estaba casado”.
Don Genaro y doña María de Jesús vivieron en unión libre los últimos 33 años, durante los cuales procrearon 7 hijos, y son abuelos de 10 nietos, “nos venimos solos porque en el carro no cabían más personas, pero ahorita vamos de regreso al pueblo y allá vamos a completar la felicidad abrazando a los hijos que nos están esperando”.
Las bodas comunitarias 2020, se realizaron a convocatoria del DIF Guerrero y el Registro Civil, quienes ofrecieron todos los trámites de forma gratuita y apoyos para traslado de su lugar de origen a esta capital, también algunos presentes para los desposados.
Don Esteban Narciso Padilla se levantó a las cinco de la mañana, ayudaron en los preparativos de la comida y a las siete subieron al vehículo que los trasladó desde Colotlipa a Chilpancingo, siempre tomado de la mano con su pareja Gloria Panosa Salgado, y así firmaron el acta matrimonial, en las bodas comunitarias de esta capital.
El hombre relató que supo de la convocatoria hace un par de semanas y entonces como bromeando le dijo a su mujer “hay que casarnos”, la mujer sin dudarlo un segundo le dijo que sí y de ahí se inició la aventura que concluyó este 14 de febrero en el zócalo de Chilpancingo.
La pareja tenía 20 años viviendo en unión libre, ha procreado 7 hijos y cuatro nietos se dedican a las labores del campo y dijeron estar tan felices como lo estuvieron hace 20 años que la mujer dejó su casa materna para convertirse en su mujer.
“Yo no vine me trajeron”, aseguró Martín Martínez, quien lejos de la felicidad que mostraban la mayoría de las parejas se mostró cabizbajo durante la ceremonia, dijo que su mujer lo amenazó con enviarlo a dormir de forma permanente en la sala si no aceptaba acompañarla a la ceremonia, pues ya había realizado todos los trámites cuando le avisó que se casarían.
“Y pues donde manda capitán no gobierna marinero y aquí me tienen cada que me quiero mover me hacen manita de puerco y mejor me siento, pero aunque vengo por la fuerza hay algo que quiero decir, amo a mi esposa más que a mi vida misma y si ella dice que nos casemos pues qué más da, échenme la soga al cuello”.
Finalmente don Martín unió legalmente su vida con Gloria Dionisio y se juraron amor eterno hasta que la muerte los separe.
En las bodas comunitarias de este año se unieron 233 parejas provenientes de los municipios de Zitlala, Olinalá, Leonardo Bravo, Chilapa, Acatepec, Tlapa, Ajuchitlán, Zirándaro, Pungarabato, Xochistlahuaca y Chilpancingo, la gran mayoría de los hoy desposados son parejas de personas mayores que ya tiene muchos años viviendo en concubinatos.

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