Desde hace un mes un derrumbe bloqueó el camino a La Esperanza


Vecinos de la comunidad de La Esperanza perteneciente al municipio de Chilpancingo se encuentran incomunicados por vía carretera debido a un deslave de más de 50 metros que se generó por el paso de la tormenta tropical Narda hace más de un mes.
Los vecinos de esta población denunciaron que para entrar o salir de la población se tiene que arriesgar la vida al pasar por el voladero que se formó por el deslave, además de que los 700 pobladores deben caminar por más de una hora para poder llegar a su población.
Dijeron que desde hace un mes han pedido al gobierno estatal y municipal que se envíe maquinaria pesada para reparar la afectación al camino, pero hasta el momento no se les ha dado atención.

“Durante el puente de Día de Muertos hubo mucha gente que vino a ofrendar a sus muertos y otros que bajaron al valle de El Ocotito a realizar compras y lo hicieron caminando porque no hay forma de que el vehículo llegue hasta la población”.
Desde el 30 de septiembre, cuando junto con las localidades de Azinyahualco y El Fresno se quedaron incomunicados, autoridades enviaron oficios a oficinas de los tres niveles de gobierno, pidiendo la ayuda con maquinaria para retirar los derrumbes, pero en su caso, el apoyo nunca llegó, mientras que en las otras dos los daños eran menores.
Destacaron que inicialmente el problema incluyó también la caída del sistema de energía eléctrica por lo que hubo problemas hasta para poder informar a las autoridades sobre la ruptura del camino.
Los quejosos mostraron imágenes de pobladores caminando con dificultad en la zona donde está la afectación del camino.
Los maestros de Preescolar, Primaria, Telesecundaria, Telebachillerato y personal del Centro de Salud, han tenido también que llegar caminando a la localidad este último mes, como lo hace el resto de la población.
Finalmente los pobladores dijeron que podría haber situaciones de hambruna en esta población pues resulta muy difícil poder llevar víveres para el abasto de la población. (Por Abel Miranda Ayala)

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