Pide que se deje de proteger “al hombre que intentó asesinarla”
Presunto tráfico de influencias y negligencia
en el sistema judicial para atender el
caso de una mujer que sufrió violencia de género y tentativa de feminicidio ha
permitido que el agresor siga en libertad y a víctima durante 15 meses ha
vivido escondida por el temor de que la vuelvan a agredir.
El agresor es empleado del Instituto Electoral
y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero, a donde dejó de ir a trabajar
para esconderse y sustraerse de la acción de la justicia, y supuestamente apoyado
por su jefe inmediato, el contralor del Instituto Electoral y de Participación
Ciudadana (IEPC), Enrique Justo Bautista, se mantiene percibiendo los
emolumentos laborales y se presume que desde ahí se han traficado influencias
para beneficiar al agresor en el proceso legal.
La víctima refirió que acudió a interponer la
denuncia correspondiente ante la agencia del ministerio público especializada,
sin embargo la agente Noemí Castro Ángel “clasificó mal el delito” y la remitió
al Ministerio Público de Chilpancingo a cargo de Pedro Araujo Leónides.
“La clasificó como tentativa de homicidio,
violencia, daños y robo, cuando debería (dice la agraviada) haberla colocado
como tentativa de feminicidio, violencia de género, daños y robo” y argumento
que no podía ser tentativa de feminicidio porque para ello requeriría que un
tercero hubiera evitado al agresor cometer el asesinato… y en este caso él la
dejó y no la asesinó porque no quiso.
Además el Ministerio Público insistió en
conciliar con el agresor, luego demoró los dictámenes y ocultó información para
localizar al agresor, tardó 10 meses para vincularlo a proceso y finalmente sólo la judicializó pro del delito
de violencia de género.
El calvario de la mujer siguió cuando el juez Edgardo
Mendoza Falcón tomó el caso y determinó dos meses de investigación, y las
audiencias que fijó en más de seis ocasiones tuvieron que diferirlas porque el
servidor público también es docente de tiempo completo en la Universidad
Autónoma de Guerrero y no podía acudir a atender el desahogo de diligencias.
La primera audiencia se tenía prevista para el
24 de abril y se ha ido difiriendo hasta llegar al próximo 29 de agosto,
primero por inasistencia del juez, después por justificaciones del acusado que
con recetas de un médico ha justificado no asistir porque supuestamente tiene
fiebre tifoidea.
La mujer llamó al gobernador y al presidente
del Tribunal Superior de Justicia para que se involucren y revisen el caso, a
fin de que en la medida de sus posibilidades intervengan y no permitan que se
sigan violando sus derechos humanos.
Finalmente la mujer advirtió que el fiscal
general del estado Jorge Zuriel de los Santos, será responsable si algo le pasa
a ella o alguno de sus familiares porque sus subordinados han dilatado los
procesos y cometido una cantidad enorme de irregularidades para proteger a
quien la golpeó al grado de creerla muerta. (Por Abel Miranda Ayala)
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