Demandan acabar la práctica de desaparición de personas


*Durante un conversatorio, madres con hijos desaparecidos dan testimonios y lamentan “la sistemática falta de justicia”

Mujeres con hijos desaparecidos de manera forzada participaron con testimonios desgarradores en un conversatorio de familias que han emprendido de manera independiente la búsqueda de sus seres queridos, los cuales les fueron arrancados de manera violenta en esta incesante ola criminal que cunde en el país, y de la cual Guerrero no es la excepción.
Previo a la conmemoración del Día de las Madres, el Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia "Minerva Bello" organizó un conversatorio con las Mujeres Buscadoras en Guerrero.
Anunciaron que su manera de conmemorar el Día de las Madres será marchando este viernes desde la estación de combustible del DIF, en la avenida Insurgentes, hasta el Congreso del Estado, en donde fijarán una postura sobre el grave problema de Desaparecidos en Guerrero.

El objetivo del conversatorio es para "rendir un homenaje a las mujeres que tienen familiares desaparecidos y han dado el paso hacia su búsqueda. En México hay miles de desaparecidos en los últimos diez años; hay una búsqueda desde el norte del país hasta el sur, y Guerrero no es la excepción", indicaron en la presentación del evento.
Al encuentro asistieron Yoltzi Martínez Corrales, Diana Rufino Tapia y Maricela Guerrero López del Colectivo "Raúl Trujillo Herrera" de Chilpancingo; Judith Tapia León y Gema Antúnez López, independientes; Clotilde Juárez Adame y María Isabel López Guzmán, del Colectivo Madres Igualtecas, y Alma Janet Rojas del Colectivo Familias de Acapulco en Busca de sus Desaparecidos.
Los directivos del Centro "Minerva Bello" manifestaron que de acuerdo a las autoridades responsables de la procuración de justicia en el país, "la práctica sistemática de la desaparición de personas en México responde a dos factores relacionados con la guerra contra el narcotráfico; por una parte es una herramienta del ejercicio del terror de las bandas del crimen en su afán por conquistar nuevos territorios, y por otra en el enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los principales cárteles de las drogas, las bandas criminales adoptaron la lógica de que sin cuerpo no hay delito".
Recordaron que el 15 de enero Roberto Cabrera Alfaro, en el informe que presentó al renunciar al cargo de comisionado nacional de Búsqueda, reconoció que México enfrenta una "terrible situación en materia de desaparición de personas y cuerpos sin identificar, confirmando que hasta esa fecha hay 40 mil 180 desaparecidos y las autoridades cuentan con el registro por huella dactilar de 36 mil 708 personas fallecidas sin reconocer".
Afirmaron que la mezcla de negligencia y falta de voluntad política, junto con una arraigada corrupción institucional y la escasez de recursos y capacidades técnicas en policías y fiscalías, ha empujado a miles de familias a que por su propia cuenta busquen a sus familiares.
Y sostienen que las madres buscadoras "han dado muestra de dignidad y fortaleza a la sociedad mexicana, transformando su enorme dolor e impotencia en fuerza e integridad, que les ha permitido sobreponerse a los problemas de salud que la ausencia de sus seres queridos les ha ocasionado".

Casos desgarradores

Luego vinieron los testimonios de señoras que han buscado a sus hijos durante varios años, los cuales coincidieron en la falta de justicia, pero lo que más les aflige y "carcome" el alma, es no saber del paradero de sus seres queridos. "No tenemos en dónde llorarles", lamentaron.
Doña Clotilde Juárez Adame busca a su hijo Julio Ernesto Salgado Juárez, quien fue desaparecido el 16 de noviembre del 2011 en Iguala. "Han sido casi 8 años de angustia, desesperación buscando a mi hijo. Es una pena que nos va matando lentamente en vida, y por eso pedimos a las autoridades que nos atiendan, que nos escuchen y que nos den respuestas".
Otro testimonio fue el de la señora Maricela Guerrero, quien busca a su hijo desde hace tres años; éste desapareció en un viaje a Amojileca, a la “levantada de la Cruz” de una persona que había fallecido. "El miedo te impide seguir adelante, nos sentimos impotentes porque nos amenazan, nos dicen que eso le pasó por andar en malos pasos. Mi hijo tenía 17 años cuando desapareció y lo voy a seguir buscando; no quiero aceptar que no va a regresar, sigo esperando a mi hijo".
Otra señora de Iguala, de nombre María Isabel, dio su testimonio acompañada de su nieta. "Yo buscaba a mi hijo, pero ya me entregaron sus restos. Tengo la fortuna de tener un lugar dónde de ir a llorarle, de llevar flores y veladoras".
Explicó que cuando desaparecieron a su hijo, su nieta estaba recién nacida y tenía nueve meses de nacida. "Fueron cinco años de angustia y de desesperación; de mi hijo encontraron sus restos en las inmediaciones de un predio conocido como “Tijeritas”, estaba al interior de una fosa y se tuvieron que hacer exámenes de ADN. Mi hijo ya descansa en paz y seguiré apoyando a las compañeras hasta que encuentren a sus seres queridos, para que también tengan paz en sus almas". (www.agenciairza.com)

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