En el pueblo de Corralitos, “blindaron” un aula “para cuando vuelvan los maestros”


Corralitos, municipio de Leonardo Bravo, Gro.— Corralitos es una de las comunidades del municipio de Leonardo Bravo, en la Sierra de la entidad, a la que no han regresado los maestros. Es la localidad donde en junio pasado se registraron los más cruentos ataques por parte de criminales
que se disputan el control de la amapola.
Aquí, sólo 16 de 92 familias decidieron regresar a pesar del temor de que se registren nuevos ataques.
Después de que en junio pasado incursionaron a esta localidad unos 200 hombres armados donde atacaron tres casas y mataron al comisario Antonio Cruz y a otros dos jóvenes, todas las familias dejaron el pueblo, pero en estas fechas decidieron regresar sólo 16, pues no tienen más en la vida que el lugar donde nacieron.
Tras ese hecho se suspendió el ciclo escolar y el nuevo no ha iniciado para los niños de este pueblo. No hay clases de preescolar, ni de primaria ni de secundaria.
En la primaria, de 50 niños que acudían a clases, actualmente 11 menores esperan que a la escuela regresen los maestros.
Con la confianza de que aquí algún día regresarán los maestros y se reanudarán las clases, como una medida para proteger a sus hijos, los padres decidieron “blindar” un aula en la primaria del pueblo para que sea refugio de sus pequeños en caso de alguna balacera.
“La última ocasión que hubo una balacera, varias balas cayeron en el techo de un salón, una de esas balas pérdidas fue a dar a una computadora y decidimos que se debía blindar un salón”, explica una madre de familia.
Informaron que consiguieron 800 mil pesos de presupuesto para desmontar el techo de un salón, además de subir un metro más la base donde se colocan las ventanas para evitar que las balas atraviesen, pero la obra se detuvo porque la directora de la escuela se molestó y ordenó al contratista que inició la remodelación que parara los trabajos o lo demandaría penalmente.
En la obra trabajaban dos habitantes de este poblado quienes reclaman el pago de su labor, “nos pagaron una quincena y seguimos trabajando, pero ya no nos han pagado, le pedimos al alcalde Ismael Cástulo Guzmán que intervenga y que concluyan esta obra”.
Una madre de familia reclamó que la directora haya intervenido, “la maestra ni se ha parado en el poblado y sólo por teléfono anda amenazando con demandas, cuando debería estar aquí intentando recuperar el tiempo perdido de nuestros hijos”.
“No estamos locos, lo que necesitamos es que se garantice la seguridad de los niños, a los que les estamos explicando que cuando haya balaceras deben de buscar un lugar seguro donde refugiarse y que mejor que un salón blindado”, dijo.
Demandaron al gobierno del municipio de Leonardo Bravo que reanuden esta obra y se concluya, “falta que se coloque el techo reforzado y las puertas, ventanas con vidrios especiales, queremos que haya seguridad en esta escuela”. (www.agenciairza.com)

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