Por saturación en el panteón se venden fosas compartidas


Asociado al fenómeno de la violencia en menos de 10 años la cifras de difuntos que son sepultados en el panteón "nuevo" de Chilpancingo crecieron casi al doble y debido a ello el espacio se saturó al grado que actualmente no se tiene ningún terreno disponible, y sólo se ofrecen bóvedas en espacios
compartidos.
De acuerdo con el registro que lleva el panteón de las inhumaciones en este cementerio ubicado al norte de la ciudad a un costado de la colonia Lázaro Cárdenas, en enero del 2018, se inhumaron 38 personas, mientras que en el mes de enero del 2010 la cifra fue de sólo 21.
A demás de la diferencia que existe entre las dos cifras se debe considerar que en el 2018 el panteón ya no ofrece lotes en venta y muchos de los fallecidos optan por el panteón privado "La Paz", por lo que el crecimiento de defunciones subió al menos al doble en la comparación de estos dos meses escogidos al azar.
De acuerdo con el empleado administrativo Fernando Salas Fabián, el promedio de inhumaciones que se tiene actualmente en este panteón rondan las 50, "sólo se pueden sepultar quienes ya tiene un terreno, o en su defecto se enterraría en las gavetas que tenemos disponibles, pero estas se pagan por sólo por cinco años y son en espacios compartidos de cinco gavetas por terreno de tal forma que nunca nadie será dueño".
Estas gavetas tiene un costo de cinco mil pesos que son los que se gasta en la construcción y al ayuntamiento sólo se paga el permiso de inhumación que es de 120 pesos y un pago de 135 pesos por cada año que estará sepultado.
El panteón “nuevo” cuenta con una superficie total de aproximadamente 5.4 hectáreas y en el proyecto original se contemplaba que tendría espacios comunes que serían una especie de jardineras, zona de juegos infantiles y otras áreas, sin embargo debido al crecimiento desmesurado de la demanda de espacio para sepultar todas las zonas fueron abarcadas para sepultar.
El cementerio fue instalado a mediados de la década de los 80, sin embargo en sus primeros años el crecimiento fue muy poco, fue hasta mediados de los 90 cuando empezó a tener aceptación y en la última década cuando se sobre saturó.
"En el listado consecutivo tenemos más de 6 mil 400 folios, sin embargo en las zonas que se fueron seccionando después se llega al rededor de 10 mil espacios, de estos todos tiene dueño aunque en realidad existen muchos que no están ocupados, también sabemos que existe mucho venta entre particulares incluso de terrenos que ya tiene cuerpos sepultados".

HISTORIAS RELACIONADAS A LA VIOLENCIA

El empleado relató que en estos últimos años, el fenómeno de la violencia se ha hecho presente en muchas ocasiones en este sitio, "Hemos recibido amenazas de familiares de personas que fueron asesinadas y se comportan de forma grosera y prepotente, y quieren que obviemos trámites, pero nuestra función aquí es cumplir sólo trámites administrativos".
Contó que muchas veces han visto personas armadas custodiar los sepelios, sin embargo es algo en lo que no se inmiscuyen para no tener problemas, "nosotros hacemos la parte administrativa que nos corresponde y lo demás ya no es algo que nos incumba".
Detalló que hace un par de años hubo un sepelio en el que llegaron hombres armados, realizaron todo el acto fúnebre y los acompañantes se retiraron, sólo un pequeño grupo se quedó en el interior del cementerio hasta ya tarde, ingiriendo bebidas embriagantes, después hicieron disparos con armas de fuego, "el velador y sepultureros que se encontraban cerca se escondieron entre las tumbas, por miedo, rato después llegó la policía buscando a quienes dispararon pero ya se habían ido y encañonaron al velador y los sepultureros, los tiraron al piso y los insultaron hasta que pudieron explicar que ellos eran trabajadores y los disparos fueron en la parte baja del panteón".
Lamentablemente también tenemos casos muy tristes, por ejemplo el caso de unos hermanos que fueron ejecutados y la familia no tuvo ni siquiera para pagar fosas, los sepultaron juntos y en tierra, es decir que no se hizo una fosa de tabiques, porque la madre dijo que no tenía nada de dinero. (Por Abel Miranda Ayala)

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