Funda el obispo Salvador Rangel la Casa de Apoyo Para Víctimas, en Chilpancingo


En el marco de la inauguración del Centro de Derechos de las Víctimas de  Violencia “Minerva Bello”, el obispo de la Diócesis  Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, criticó la inacción del gobierno para atender la demanda de justicia que tiene cientos de familias que buscan a desaparecidos o lloran por sus hijos asesinados.
Salvador Rangel anunció que centros similares al que se abrió este día en Chilpancingo, donde se ofrecerá apoyo y asesoría a víctimas de la violencia, se establecerán en Iguala y Chilapa, pues es necesario que las víctimas encuentren un espacio donde se les entienda y apoye, dado que en las instancias que deben actuar para proveerles justicia y seguridad no están recibiendo atención.

Recordó que el pasado mes de abril, los obispos de México “publicamos un proyecto con cinco puntos, y en uno de los cuales dice que tenemos que estar comprometidos con las causas sociales. Los obispos estamos comprometidos con la paz y las causas sociales”.
El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia “Minerva Bello”  atenderá a las víctimas de violencia en tres ejes:  primero el de la sanación, que será una atención integral a las víctimas, en el ámbito sicológico, espiritual, y médico; un segundo eje será el de la educación y formación de las víctimas y cómo organizarse; y el tercer eje será el de la defensa de las víctimas.
Rangel Mendoza estableció que el propio Papa Francisco se ha pronunciado en torno a las víctimas, “lo ha dicho muchas veces, que tenemos que abrirnos los obispos, Iglesia, monjitas, y sacerdotes, tenemos que abrirnos a las causas sociales. Además el Papa Francisco, nos ha dicho que tenemos que ir a las periferias existenciales de la mujer y del hombre, es decir a esos sitios donde nadie llega, y donde está sufriendo el ser humano”.
A veces, “mi actitud pocos lo entienden, sobre todo las autoridades, pero yo, uno de mis fines personales, es también ir a ver a los victimarios, sobre todo si sabemos de dónde viene esa fuente de la violencia, si logramos pararla, será muy importante”.
“El pulso por lo menos de mi diócesis lo tengo en mis manos, y luego el Papa Francisco, me nombró como el administrador apostólico de Ciudad Altamirano, en donde atiendo la misma problemática. El derecho fundamental es el derecho a la vida, desde el momento de la concepción, hasta la muerte natural”.
Recalcó que en Guerrero se ha violentado mucho la vida, se ha pecado contra la vida, y son esas llagas y heridas que no pueden cerrar, porque en vez de que tengamos sanación y vayan secando, se agravan con las muertes, los secuestros y levantones de cada día.
Incluso dijo que en los últimos días he tenido que atender a las familias de tres personas que se encuentran secuestradas aquí en Chilpancingo, “Nos tenemos que sacudirnos el miedo”.
El obispo también calificó como desafortunadas las declaraciones que hizo el gobernador en las que se relacionó con la delincuencia a jóvenes desaparecidos, “si esas son las palabras del gobernador, es una afirmación desafortunada porque sabemos que Guerrero y México tenemos estas víctimas de la violencia particularmente los jóvenes, en las que las estadísticas nos dicen que muchos han sido víctimas del crimen organizado, otras son víctimas colaterales, otras abiertamente inocentes, meterlos en un mismo costal no es justo, no estoy de acuerdo con esta afirmación”, terminó diciendo el religioso. (Por Abel Miranda Ayala)

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