El comercio de hierbas curativas una tradición que se niega a desaparecer
Sus manos curtidas por el sol y el trabajo en
el campo realizan los rollos de hierba que se apilan en un viejo plástico
tendido en el piso del zócalo de Chilpancingo, "es toronjil de hoja ancha,
muy bueno para conciliar el sueño, para los nervios y relajarse, déselo en té a
su esposa para que no lo regañe",
reza Don Pablo para ofrecer su producto.
Los yerberos que en algún momento de la
historia fueron tan importantes como lo es ahora un médico, hoy son una especie
en peligro de extinción, pues son muy pocos quienes aún van al campo a buscar
plantas que tiene propiedades medicinales o propias para condimentar algunos
alimentos.
Don Pablo Díaz Arriaga, es un hombre que viaja
desde la comunidad de Lagunitas, perteneciente al municipio de Iguala, para ofrecer
en Chilpancingo ramas de toronjil, sin embargo el mismo reconoce que esta
planta no es el té tradicional de Chilpancingo, pues el que es costumbre en la
capital tiene hojas pequeñas y las que el comercializa son hojas anchas.
"Estas hojas las traemos desde la sierra
y es buena para relajarse y dormir bien, son ramas que en el pueblo nos
enseñaron a tomar nuestros abuelos y por eso podemos traerlas a vender y sabemos
para qué sirven".
El yerbero indicó que cuando los clientes le
piden alguna planta, raíz, corteza, o fruto que exista en su pueblo o cerca de
él, se los trae, porque finalmente esa es la función, "por ejemplo me han
pedido mucho del toronjil de hoja pequeñita, pero no hay de donde yo vengo y
por eso este es el que puedo ofrecerles".
Según Don Pablo el trabajo de colectar hierbas
antes lo practicaban muchas personas en su pueblo, sin embargo ahora poco a
poco se ha perdido esta forma de sobrevivir, aunque por el momento a él le
permite llevar alimento a su familia.
En el diálogo con el reportero, el vendedor de
hierbas preguntó, no cree que me pueda generar problemas salir en el periódico,
porque sé que no estoy robando ni haciendo nada malo, pero luego me vayan a
querer quitar de aquí.
Cabe señalar que muchos de los productos el
campo son acaparados o cultivados por encargo para empresas o laboratorios que
han hecho de la herbolaria un gran negocio, y lo que antes se comercializaba en
ramas o cortezas, ahora viene en pomadas, píldoras u otras formas de aplicación
que facilita su ingesta, y ello va exterminando a los tradicionales yerberos.
(Por Abel Miranda Ayala)
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