Designación del fiscal general del Estado debe estar ajena a los intereses políticos


La designación del nuevo titular de la Fiscalía General del Estado (FGE) debe estar completamente ajena a intereses políticos, ya que sólo de esta manera se tendrá un fiscal imparcial en la impartición de la justicia, expresó el abogado penalista Pedro Ramírez Millán, quien además fue enfático al señalar que ninguno de los anteriores fiscales ha estado a la altura de las circunstancias, pero además ni siquiera jugaron un papel relevante al frente de esa institución que requiere de personal capacitado, profesional, pero sobre todo con ética y moral.

El también ex juez penal del Poder Judicial del estado habló de las prendas que debe reunir el profesional del derecho que llegue a sustituir en el cargo a Xavier Olea Peláez en la titularidad de la Fiscalía General del Estado: “debe ser un hombre íntegro moralmente, porque si tiene cola que le pisen como el que se fue no va a funcionar la Fiscalía”, puntualizó.
Dijo que con estas cualidades como aval, la población en general tendría seguridad y confianza en la Fiscalía, pues insistió en que hasta el momento ninguno de los que ha ocupado ese puesto estuvo a la altura de las circunstancias.
Además, destacó, es indispensable que el fiscal general del estado no sea designado con criterios políticos, porque desgraciadamente para la procuración de justicia en la entidad, los fiscales “son palomeados por los políticos, es decir fueron impuestos por los políticos, y por esa razón no sirvieron”.
En este sentido, indicó que por etas razones, se llegó el caso en que tanto en la extinta Procuraduría General de Justicia del Estado como en la FGE fueron impuestas personas que ni siquiera conocían el derecho.
En la entrevista, el propio abogado Ramírez Millán comentó que uno de los nombres que se escuchan para sustituir a Xavier Olea Peláez es el del actual magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Miguel Barreto Cedeño, a quien personalmente calificó como “nefasto”.
Desde su punto de vista, el fiscal general del Estado debe surgir de opiniones de la sociedad civil, de colegios y barras de abogados, “pero no nada más él sino también los integrantes del Consejo de la Judicatura quienes deben ser profesionistas de alta calidad moral, pero además es necesario que se ciudadanice ese órgano como también lo requieren otras instituciones para que tengan credibilidad”. (Baltazar Jiménez Rosales)

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