En martes de carnaval, Zitlala celebró la tradicional “Pelea de los Xochimilcas”



Zitlala, Gro.— Este “Martes de Carnaval”, en la víspera del primer “Miércoles de Ceniza”, hombres de los barrios de La Cabecera, San Francisco y San Mateo, acompañados por pobladores de Tlatempanapa, celebraron la tradicional “Pelea de Los Xochimilcas”, un ancestral ritual de honor,
valentía y dignidad de este pueblo náhuatl, con lo que además realizan una purificación pagano religiosa.
Según los historiadores, esta tradición data de 1480, misma que, después de la conquista española, se ha venido adaptando al calendario católico.
Los hombres se ponen largas faldas color negro con lentejuelas y chaquira para representar a las mujeres del pueblo y así, con los puños, a golpes, defenderse de quienes en aquella época se robaban a las féminas sin importar su condición y las llevaban a la Gran Tenochtitlán que gobernaba el emperador Moctezuma.
El “Martes de Carnaval” es toda una fiesta en la que corre el mezcal entre los peleadores y los asistentes que gritan jubilosos cuando impactan los golpes en los rostros de los oponentes, más aún cuando la fuerza de los puños hiere el rostro de donde brote sangre a borbotones y causa, en algunos casos, fracturas en la nariz.
La música de las bandas de viento acompaña a los asistentes en ese evento pagano religioso.
Los peleadores cubren sus rostros con paliacates o máscaras de luchadores actuales para evitar que se conozca su identidad mientras pelean enfundados en las enaguas de mujer color negro con lentejuelas y chaquiras.
Para Plácido Tianguis, originario de este pueblo, no fue necesario ingerir mezcal; salió a liarse a puño limpio contra su rival, en sano juicio.
Dijo que otros peleadores consumen mezcal para “entrar en calor”, pero aseguró que para él eso no es necesario, lo que prefiere es no disminuir su fuerza al momento de pegar con los puños.
Plácido Tianguis, con las enaguas puestas, y su oponente, con pantalón de mezclilla, se liaron a golpes en el centro de la plaza cívica de esta población, despertando gritos intensos de la muchedumbre, después de unos minutos y con sus rostros enrojecidos, terminaron la confrontación y se dieron un abrazo. (www.agenciairza.com)

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