Damnificados por “Max” y sismos fueron atendidos… ¿y los de la Sierra cuándo?



A decir de Nicolás Chávez Adame, es falso que el gobierno federal haya cumplido al cien por ciento con los damnificados que dejaron la tormenta tropical “Manuel” y el huracán “Ingrid”, como lo aseguró la titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), Rosario
Robles Berlanga, ya que a cuatro años de esos fatídicos acontecimientos todavía no les ha cumplido a los habitantes de siete comunidades de la sierra de Chilpancingo.
Acompañado por el Comisariado Ejidal de San Vicente, municipio de Chilpancingo, José Nava Lorenzo, el dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), Nicolás Chávez Adame, agregó que por el estado de abandono en el que dejó el gobierno de la República a estas comunidades, cientos de alumnos de preescolar, primaria, secundaria y telebachillerato reciben clases bajo los árboles o en improvisadas enramadas, ya que sus planteles se encuentran o destrozados o están en los terrenos dictaminados como de inhabitables o de alto riesgo.
Además de rechazar las declaraciones de la titular de la Sedatu, el líder social resaltó que lo grave del caso es que por tratarse de zonas vulnerables o consideradas como de alto riesgo por las propias autoridades correspondientes, cada años aumenta el número de damnificados que no reciben el apoyo correspondientes y a manera de ejemplo citó que con las lluvias registradas el pasado mes de septiembre las grietas en estas comunidades de la sierra de Chilpancingo se hicieron más grandes.
Chávez Adame consideró lamentable que a los damnificados por “Ingrid” y “Manuel” el gobierno —en sus tres niveles— los considera como de segunda o de tercera, pues mientras que ellos no han recibido un solo apoyo, los afectados por el huracán “Max” y los sismos de septiembre pasado fueron atendidos de forma inmediata.
Las comunidades más afectadas por “Ingrid” y “Manuel” son San Vicente, Chautipan, El Fresno, Las Joyitas, Huacalapa, Coapango y Azinyahualco, en las cuales se suman alrededor de tres mil damnificados, pues en algunos de los casos son las localidades enteras las que tienen que ser reubicadas, sin embargo, a cuatro años el gobierno federal no les ha cumplido.
Chávez Adame dijo que el ejemplo más sencillo es la comunidad de San Vicente, la cual fue dictaminada como inhabitable por las autoridades federales, por las grietas y fallas geológicas que presentaba, razón por la cual se determinó que tenía que ser reubicada completamente.
Por este asunto, el Comisariado Ejidal donó el terreno para la reubicación total de la comunidad, pero aun así no se les ha cumplido, ya que el gobierno federal sólo se limitó a trazar los lotes de predios donados por la misma comunidad para la reubicación de localidades, pero que jamás se concretó la construcción de casas y todo quedó en un engaño gubernamental.
Por esta razón, remarcó que “en Guerrero no se han aplicado los fondos económicos millonarios que la titular de la SEDATU, Rosario Robles, aseguró que  fueron ejercido, al afirmar que en Guerrero la cobertura de los apoyos ya quedó al cien por ciento con la reconstrucción y rehabilitación de casas afectadas por las tormentas, lo cual significa que la funcionaria federal mintió, pero ésta es una mentira que viene desde el presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete, por lo que le hacemos el llamado urgente a los tres órdenes de gobierno, porque de lo contrario los habitantes de la Sierra se manifestarán en Chilpancingo”, advirtió.
En el caso de las escuelas hubo la promesa de la Secretaría de Educación de dotar a las comunidades de aulas móviles que tampoco llegaron a los pueblos, por lo que los alumnos de preescolar, primaria, secundaria y telebachillerato tienen que recibir clases casi a la intemperie, bajo los árboles o en improvisadas enramadas.
El dirigente de la UPOEG adelantó que los damnificados de estas comunidades de la sierra de Chilpancingo ya comenzaron a analizar seriamente la posibilidad de movilizarse en la capital del estado para ver si así finalmente, a más de cuatro años de distancia, les hacen caso. (Baltazar Jiménez Rosales)

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