La corren de PROSPERA porque denunció intento de abuso sexual
Aarón Avilés Almazán, jefe de la Unidad de Atención Regional
de Próspera en Tlapa de Comonfort, re victimiza y violenta derechos laborales
de trabajadora, víctima de intento de abuso sexual, le suspende contrato
laboral, “por mal comportamiento”, tras haber dado a conocer el ataque de que
fue
objeto.
Iris “N”, entró a trabajar en la unidad regional de Prospera
en Tlapa, la segunda quincena del pasado mes de julio, al área de Enlace de
Fortalecimiento Comunitario, como capacitadora de vocales de beneficiarias del
mencionado programa de Prospera.
El 13 de septiembre pasado, junto con el resto de los
integrantes del área de Enlace de Fortalecimiento Comunitario, así como del
departamento de Responsables de Atención a población Indígena (RAPI), se
trasladó al puerto de Acapulco, a recibir la capacitación que, de manera oficial,
les imparten cada dos meses.
Al filo de las 22:30 horas, luego de recibir la primera
parte de la capacitación y cenar en el restaurante del hotel Copacabana, donde
se hospedaron, subió a la habitación 1604 que compartía con una de sus
compañeras Bibiana “N”, quien luego de un rato, salió a divertirse con cuatro
de sus compañeros.
Iris, narró que se negó a salir, al sentirse cansada y estar
saliendo de un cuadro infeccioso. Entre las 03:30 horas, se despertó al
escuchar que alguien entraba a la habitación, y se dirigió al baño, pero,
pensando que era su compañera de cuarto, no hizo mayor caso, sin embargo, de
manera sorpresiva sintió que dicha persona entraba a su cama y jalaba su
sábana, al abrir los ojos, se dio cuenta que se trataba de Marcial Zapoteco Panchito,
del área de los “RAPI”.
De manera inmediata saltó de la cama, al tiempo que le
reclamaba como había entrado, y qué hacía ahí. Él le respondió que no se
asustara, que Bibiana ya sabía y que si quería le llamaba en ese momento. Por
instinto, Iris corrió al baño donde se encerró, y salió hasta que escuchó que
el perpetrador, se fue, llevándose la tarjeta –que sirve como llave de la
habitación–.
Como pudo, arregló sus cosas, llamó a otra de sus compañeras
que se encontraba hospedada dos habitaciones más adelante, al salir, se
encontró de nueva cuenta con Marcial Zapoteco, quien le volvió a insistir en
que no hiciera escándalo porque su compañera de cuarto estaba enterada de todo.
Al día siguiente, 14 de septiembre, informó de lo sucedido a
Cristopher Herrera Cano, jefe de fortalecimiento Comunitario y Apoyo a la
Planeación, quien llamó a los señalados Marcial Zapoteco Panchito y Bibiana
“N”-, quienes aún presentaban signos de intoxicación alcohólica, a los que les
pidió que se retiraran de la capacitación. El supuesto perpetrador, negó los
hechos.
El día lunes 18, al presentarse a trabajar, Iris, fue
notificada por el checador, que tenía que esperar al jefe de la unidad Aarón
Avilés Almazán, quien finalmente no llegó, al día siguiente, este mismo, le
notificó, que tenía que renunciar, “por mala conducta”, lo mismo que Marcial
Zapoteco y Bibiana, e hizo alusión al código de ética y buena conducta que debe
de regir a los trabajadores de Prospera, a lo que Iris, se negó.
Al paso de los días, ante la negativa de Iris de firmar la
renuncia, Avilés Almazán, cambió el discurso, y le sugirió aceptar, o haberse
quedado callada, como lo han hecho otras chicas que han pasado por lo mismo, y
no pasa nada, sigue laborando de manera normal, a lo que Iris, volvió a
negarse.
El pasado 13 de octubre, ante el hostigamiento de Aarón
Avilés para obligarla a renunciar, Iris, decidió interponer una queja ante la
comisión de Defensa de los Derechos humanos del Estado de Guerrero (CDHEG),
cuando se encontraba realizando dicho trámite, fue notificada vía telefónica,
que su contrato laboral, que oficialmente concluida hasta el 30, quedaba
rescindido a partir del 16 de este mismo mes.
Este, no es el único caso no solo de violación a los
derechos laborales sino incluso abuso sexual, que se presenta en las oficinas
de Prospera, que no han sido conocidos, por la presión que los encargados
ejercen sobre las trabajadoras, para que no denuncien, haciéndolas renunciar, a
pesar de haber sido ellas las víctimas, por haber trasgredido el código de
buena conducta.
A principios de este año, el 6 de enero, las trabajadoras
Roselia Francisco Tranquilino, Mayra Morales y Felícitas Martínez Guzmán, con
más de 15 años de antigüedad acusaron despido injustificado por parte del
entonces delegado Juan Manuel Yáñez Heredia, a quien acusaron por hostigamiento
y acoso sexual; además responsabilizaron de lo que pudiera pasarles a
Christopher Cano Herrera y a Alex Fernando Zamudio Estrada.
Entre 2016 y 2017 el programa de inclusión social PROSPERA
modificó su método de contratación, eliminando los contratos anuales para pasar
a contratos mensuales, sin otorgar a trabajadoras y trabajadores prestaciones
sociales. (NOTYMAS)
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