No se ha cumplido aún con damnificados de “Ingrid” y “Manuel”, reconoce Armenta



En septiembre próximo —menos de un mes y medio— se cumplen cuatro años de la tragedia que en Guerrero provocaron la tormenta tropical “Manuel” y el huracán “Ingrid” y todavía hay pueblos enteros que no han sido reubicados y casas que no han sido entregadas a las familias que resultaron damnificadas, lo cual
“es lamentable”, reconoció muy a su pesar el delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), José Manuel Armenta Tello.
En la entidad, la Sedatu aún tiene pendiente por entregar más de dos mil viviendas a familias que resultaron damnificadas por esos dos fenómenos hidrometeorológicos hace ya casi cuatro años, precisó el funcionario federal.
Cuestionado respecto a esta falta de cumplimiento por parte del gobierno federal para con las personas que perdieron todo su patrimonio a causa de “Ingrid” y “Manuel”, Armenta Tello expresó: “es lamentable que después de casi cuatro años todavía tengamos obras en proceso y por iniciar”.
Comentó que este es un asunto complejo que ha tratado de enfrentar desde que asumió el cargo de delegado de la Sedatu, por lo que manifestó su seguridad “de que todas las acciones pendientes habrán de reiniciarse, y en un tiempo congruente poderlas entregar”.
Señaló que desde que asumió la Delegación de la Sedatu hace todo lo posible por cumplirles a las familias damnificadas, por lo cual está agotando las instancias legales administrativas para continuar con el proceso de reconstrucción de las zonas afectadas.
Explicó que la reconstrucción de las zonas afectadas o la reubicación de comunidades enteras es un asunto complejo, porque en muchos casos primero se tienen que solucionar los problemas administrativos y legales que hay, pero además “se requiere dinero”.
Al respecto, destacó: “hay más de 700 millones de pesos depositados en el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras) para que esto así sea, pero hay fraccionamientos que están clausurados, y hay empresas constructoras que fueron demandadas por parte de la Secretaría antes de mi llegada a la SEDATU”.
Indicó que además de las 32 casas que serán demolidas en el Fraccionamiento el Nuevo Mirador, al sur de Chilpancingo, más de 30 viviendas de la comunidad de El Papagayo, en el municipio de Juan R. Escudero, fueron construidas con un sistema de poca seguridad por lo que no fueron recibidas y la empresa constructora fue emplazada a edificarlas nuevamente en una zona más segura.
Finalmente comentó que por los malos trabajos que hicieron, la Sedatu tiene demandadas a cinco empresas constructoras, por ocho contratos diferentes. (Baltazar Jiménez Rosales)

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