Diálogo Obispo-delincuencia podría ser útil… Tlachinollan
El presidente del Ventro de Derechos Humanos
de la Montaña Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, hizo un llamado público al
obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, para que
el diálogo que ha tenido con miembros de la delincuencia organizada lo extienda
hasta personas que han sido
señaladas de cometer el delito de desaparición de
personas y con ello se pudieran esclarecer casos como el de los 43 jóvenes de
Ayotzinapa.
Barrera Hernández participó en el foro
Derechos Humanos y Seguridad: Una Falsa Dicotomía, en la que compartió espacio con víctimas de
actos cometidos por el Ejército Mexicano, como Tita Radilla, hija del
desaparecido Rosendo Radilla, que fue visto por última vez detenido en un
cuartel militar y luego lo desaparecieron, sobrevivientes de la masacre de El
Charco, la indígena violada por militares Valentina Rosendo, familiares de
Bonfilio Rubio Villegas que fue asesinado extrajudicialmente en un retén colocado
por el ejército en Huamuxtitlán y familiares de los 43 desaparecidos de
Ayotzinapa.
En el foro se coincidió en que la legalización
de las acciones del Ejército en materia de seguridad pública permitiría una
militarización en las calles del país y se legalizarían los abusos y
violaciones a los derechos humanos que constantemente están cometiendo.
“Es importante que la sociedad debata este
tema de la permanencia del Ejército en las calles desde el punto de vista de
quienes han sido afectados y que los legisladores que debatirán este tema
conozcan los casos y en les sirvan para formarse un criterio antes de emitir su
voto”, señaló Abel Barrera.
Cuestionado respecto a las declaraciones del
obispo de Chilpancingo, dijo que las declaraciones del obispo se entienden
porque no ha habido canales de diálogo, “no se están encontrando alternativas
de cómo resolver este problemas de macro criminalidad, porque estamos hablando
de estructuras colapsadas por el crimen, regiones controladas por el crimen, y
en ese sentido creo que la Iglesia ha sido históricamente un factor que ha
facilitado el diálogo”.
Sin embargo dijo que para que este diálogo
tenga mayor sentido se debe extender hasta las personas que se encuentran en
las cárceles acusadas de delitos de desaparición y así podría ayudar a resolver
casos como el de los 43 desaparecidos de Iguala, pues quienes son responsables
podrían aportarle datos importantes.
“Si esto que propone el obispo abonara más a
que se platique con quienes si tiene información sobre este caso de
desaparecidos y que pudieran ayudar a dar pistas para dar con el paradero, creo
que sería una contribución muy importante: si lo enmarca solamente en dialogar
con los grupos organizados que se están disputando territorios por el trasiego
de la droga y solamente buscar el diálogo sin tener una base previa, una
plataforma que tiene que ver con el desmantelamiento de las estructuras
delincuenciales que tiene que ver con las estructuras de gobierno, sentimos que
no tendría mucho impacto, mucha repercusión”.
Agregó que el señalamiento de que las
estructuras de gobierno están vinculadas con el crimen es algo que ya también
había dilucidado el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI)
que apoyó en la investigación del caso Ayotzinapa, pues determinaron que las
autoridades actuaron de manera sincronizada con los delincuentes”. (Por Abel
Miranda Ayala)
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