El alcalde y funcionarios andan de vacaciones huyendo de acreedores



HICIERON LA “GRACIOSA HUIDA” Y AL LLEGAR LOS
ACREEDORES A COBRAR, NOMÁS NO HABÍA NADIE

Infinidad  de comerciantes y prestadores de servicios se fueron de espaldas por el coraje y la preocupación pues al presentarse al Ayuntamiento de Chilpancingo no había ningún funcionario de primer nivel, ni de segundo ni de tercero y mucho menos estaba el presidente municipal. Todos se fueron de vacaciones,
obviamente sin decirle a nadie en forma anticipada.
La grave situación financiera en la que están hundidos los Ayuntamientos de todo Guerrero hizo crisis en Chilpancingo, Acapulco, Zihuatanejo e Iguala.
Obviamente en el pasado ha habido malos manejos de dinero pero lo que ha significado un espantoso lastre, inclusive para el mismo gobierno del estado lo representan los empleados “de confianza” que llegan con cada nueva autoridad y luego no se van a menos de que los indemnicen y como nunca hay dinero para ese rubro, las nóminas oficiales crecen con cada alcalde o gobernador saliente pues “hereda” a cientos y a veces hasta a miles de trabajadores sin base pero con derechos.
Por ejemplo, en el sector educativo se carga un lastre de casi doce mil maestros fuera de techo presupuestal y eso representa una sangría quincenal todo el año y un drama a la hora del aguinaldo.
No se ha enfrentado el problema con valor. Se deben cerrar absolutamente todas las normales privadas retirándoles el reconocimiento a sus estudios y revisar cuáles de las públicas deben continuar. Mientras las plazas nuevas vayan a dar a manos de los nuevos egresados no se podrá abatir el enorme número de las plazas sin “techo”.
En el caso del Ayuntamiento de Chilpancingo se ha priorizado “la figura” del alcalde haciendo obras que como el “remozamiento” de la avenida Alemán, no era indispensable. Si se hubiese dejado como estaba, no pasaba nada y solamente se dañó por meses al comercio y a la vialidad en la capital. Ahora se pretende que los fines de semana sea peatonal, cosa por demás absurda.
Así, proveedores enojados echaban pestes afuera del Ayuntamiento y con toda la razón del mundo. Nadie es rico para estar financiando a largo plazo las locuras que se le ocurren al alcalde capitalino. El alcalde de Acapulco es “banquetero” y gasta en rehacer guarniciones en la costera para aparentar actividad. Todo un espectáculo los alcaldes, lástima que sea tan chapucero. 

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