Obispos y sacerdotes no confían en la policía, dice el obispo Salvador Rangel
Tras lamentar la muerte de tres sacerdotes en
nuestro país, dos en Veracruz y uno en Michoacán, el obispo de la Diócesis,
Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reconoció que por su actividad
los clérigos se han convertido en un grupo de alta vulnerabilidad, sin embargo
dijo que no tiene contemplado
solicitar algún tipo de medidas de seguridad dado
que “no confía en la Policía”.
Rangel Mendoza indicó que ha platicado del
tema con todos sus sacerdotes y les ha pedido que extremen sus precauciones,
que tomen medidas de seguridad, no viajen solos, aseguren sus hogares o los
propios sitios de la Iglesia, puesto que aunque la mayoría de la gente aprecia
a los sacerdotes, existen "grupúsculos" de delincuentes que podrían
atentar contra ellos.
Consideró que, de lo que ha conocido en el Estado
de Guerrero es que existen grandes grupos de delincuencia organizada que se
dedican al narcotráfico, pero ellos no afectan directamente a la sociedad; por
otro lado existen grupos de delincuencia común que se dedican al secuestro, a
la extorsión, al cobro de pisos y de ellos es de quienes tiene uno que cuidarse,
porque son muy peligrosos.
Agregó que lamentablemente la muerte de los
tres sacerdotes al igual que la muerte de miles de mexicanos, es algo que tiene
que ver con la descomposición social, "es una consecuencia de la
corrupción y del deterioro del tejido social, una sociedad donde se van
perdiendo los valores, donde se le pierde el valor a lo principal que es la
vida".
Indicó que en esta Diócesis no se tiene
reportes de sacerdotes que estén siendo extorsionados o amenazados, sin embargo
en el pasado si se tiene detalles de incidentes como la muerte de un sacerdote
de origen africano que fue asesinado, también reveló que hace meses tuvo un
reporte de un cura que se encontraba en Hueycantenango en el sentido de que
había recibido anónimos en los que se le amenazaba, por ello se decidió su
cambio de adscripción.
"Mi recomendación a los sacerdotes es que
extremen cuidados, en primer lugar con qué personas se andan relacionando y en
segundo lugar que personalmente cuiden sus vidas aseguren sus casas o el lugar
a donde van".
Sin embargo también indicó que un sacerdote no
puede excluir a nadie de atención, pues si un narcotraficante le pide servicios
espirituales tiene que brindárselos lo mismo que se le ofrecen al campesino, al
carpintero o a cualquier persona.
Finalmente se le cuestionó si por la
vulnerabilidad en que se encuentran han pensado en buscar acercamiento con el Grupo
de Coordinación Guerrero o con alguna autoridad en específico para que de
alguna menare se les garantice la seguridad, en respuesta indicó que
definitivamente no porque personalmente se siente más seguro cuando camina
entre pobladores que cuando lo hace cerca de militares o policías.
Recordó que hace poco tiempo su vehículo fue
detenido por personal militar y federal quienes le revisaron todo el vehículo a
pesar de presentarse y viajar con la vestimenta propia de un obispo, mientras
que en la sierra a donde es muy sabido que se siembra una gran cantidad de
enervantes y existen grupos delincuenciales, sus visitas nunca han tenido
contratiempos y la misma población los respeta y protege. (Por Abel Miranda
Ayala)
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