Explotan a niños frente a oficinas de DIF-Gro
A escasos metros del Palacio de Gobierno, en
el crucero frente a la Tienda departamental Aurrera se registra un claro caso
de trata de personas y explotación infantil, por parte de una mujer que trae
consigo a por lo menos seis niños menores de 10 años y los utiliza para limpiar
vidrios y vender
cacahuates o chicles entre los automovilistas, el dinero que
obtiene lo tienen que llevar a una esquina donde ella los espera.
"Cómpreme, o regáleme un peso", dijo
el pequeño niño de alrededor de 8 años, quien presenta una malformación en el
labio superior conocida como labio leporino, una vez que obtuvo las monedas
corre hasta la orilla bajo el puente donde una mujer gorda lo espera, le recibe
el dinero y lo envía a seguir trabajando.
La mujer controla a por lo menos seis niños el
menor de apenas unos cinco años quien ni siquiera tiene la capacidad de subirse
a limpiar el vidrio de un automóvil, por eso sólo se acerca a las ventanas de
coches y hace como que limpia el espejo retrovisor.
Entrevistados por lo menos seis de los
automovilistas que les dieron dinero, aseguraron que lo hicieron porque les dio
lástima ver a los niños en la calle, y cinco de ellos dijeron no haberse
percatado que la mujer que estaba en la esquina es quien estaba controlando a
los menores y si lo hubieran hecho no habrían dado las monedas.
De acuerdo con la legislación mexicana el
trabajo infantil está permitido después de los 14 años y tiene que ser
remunerado, sin embargo en este caso la mujer se aprovecha de los infantes para
explotarlos y obtener ella un beneficio de tal forma que lo que ahí ocurre se
trata de un caso de “esclavitud” mismo que está penado y debería castigarse con
cárcel.
Cabe señalar que esta actividad claramente
ilegal se realiza a sólo unos pasos de instalaciones del DIF Guerrero,
instancia que debería tomar cartas en el asunto y retirar a estos niños de la
calle para revisar su situación, comprobar la identidad de la mujer, el
parentesco que la una con esos niños y salvaguardar los derechos de los menores.
Los automovilistas reconocieron en la
presencia de menores en el crucero como un claro riesgo para la seguridad,
tanto de los niños como de los automovilistas, pues los niños ven la actividad
casi como un juego, no miden el riesgo de subir al cobre del auto para tratar
de limpiar el parabrisas, se atraviesan corriendo y es muy fácil que pueda
ocurrir un accidente, "si yo atropello a un niño tendría que pagarle,
cuando es su culpa por atravesarse, es más es culpa de quien los mandó a pedir
dinero", comentó el taxista Agustín Salazar Torres.
Por su parte la automovilista, Graciela Santos
Estrada, refirió que lo más seguro es que estos niños tengan apoyos sociales
como PROSPERA, Seguro Popular, becas, apoyo para madres solteras y todo eso, a
pesar de ello los familiares se aprovechan de ellos poniéndolos a trabajar y
exponiéndolos a que algo les pase en la calle.
Cabe señalar que entre los menores “que son
explotados” en este crucero se encuentran niñas que dada la circunstancia
podrían ser presa fácil de un abuso sexual. (Por Abel Miranda Ayala)
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