Demanda el obispo frenar la violencia
El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa
Salvador Rangel Mendoza señaló que la violencia y los crímenes como el de
Ambrosio Soto Duarte son consecuencia de las complacencias que ha tenido el
gobierno en la aplicación de la ley, por lo que se requiere una mano dura que
garantice el estado de
derecho y que actúe de manera contundente.
Añadió que en toda la región de la Tierra Caliente
los gobiernos estatal y federal han dado muchas complacencias a las bandas del
crimen organizado y a otros abusos como los que cometen las mineras.
Rangel Mendoza ofreció ayer domingo una
conferencia de prensa para llamar a los feligreses a realizar acciones de
misericordia, además de promover la reconciliación en la familia y leer el Evangelio
juntos, al final de su exposición se le cuestionó sobre el crimen del político
de la Tierra Caliente y expresó: “Las autoridades han sido tolerantes con los
grupos de la delincuencia organizada, ayer cobró una vida, es penoso, porque es
una vida que con nada se puede recuperar”
Estableció que la población ha caído en la desesperación
e irritación, al grado de querer tomar las armas, lo cual sin duda desde su
perspectiva no debe ocurrir, puesto que vivimos en un estado de derecho en el
que el gobierno es quien debe garantizar la seguridad, "si los ciudadanos
toman las armas van a cometerse muchos abusos y las cosas van a empeorar".
Salvador Rangel, hizo un llamado al Gobierno
Federal y de manera separada al Ejército Mexicano, a atender de manera urgente
“esta emergencia” en el Estado de Guerrero, ante los recientes hechos de
violencia.
Consideró que en Guerrero existe un riesgo
latente de que se detone un estallido social y este podría ser en la zona de la
sierra "si a los pobladores les quitan la actividad que han realizado
siempre para su manutención, entonces van a generar una revuelta social",
lo que aunque no lo expresó directamente se refiere a la siembra de la Amapola.
En su opinión dijo, que los cuerpos se inteligencia
no están trabajando al 100 por ciento, por lo que necesitan intensificarse para
prevenir delitos y no querer “tapar el pozo, después de ahogado el niño”.
También retomó su llamado a que el gobierno —en
general— dialogue con grupos organizados de la delincuencia a fin de establecer
treguas para ño dañar a la población inocente, "no hay otro camino, más
que el diálogo" y aunque su propuesta no ha sido retomada o no ha tenido
eco por ninguna de las partes, confirmó que se la presentó directamente al gobernador
Héctor Astudillo en una de las reuniones que han tenido con él.
Finalmente llamó a la sociedad a participar
con acciones que mejoren la seguridad, a ser vigilantes de que se respete el
estado de derecho, sin que la toma de las armas sea una alternativa, “la
sociedad debe participar, que se adueñe de la situación la gente buena, no es
justo que nos hagan bailar la canción que nos chiflen”. (Por Abel Miranda Ayala)
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