La marcha” de la “reconciliación” de las dos fracciones de la CETEG fue pacífica
La llamada “marcha de la unidad” llevada a cabo ayer fue
prácticamente el inicio de la “reconciliación” de las dos fracciones en que
está dividida la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) y
aun cuando sí fue multitudinaria —algunos hablan de alrededor de 10
mil
participantes— lo cierto es que fue como la realizada el día anterior:
pacífica.
En esta movilización, el magisterio disidente que protesta
en contra de la reforma educativa y la evaluación al desempeño docente, recibió
el respaldo de organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales como los dos
sindicatos universitarios —STAUAG y STTAISUAG—, los padres de los 43 normalistas
de Ayotzinapa desaparecidos, el Sutcobach, normalistas de Ayotzinapa, el
FUNPEG, alumnos de la UPN, la CRAC y el Frente de Defensa Popular, entre otros.
El contingente se reunió en la avenida Insurgentes, en las
inmediaciones de la glorieta del General “Nicolás Bravo” —El Caballito— y
partió poco después de las diez de la mañana, sólo que en lugar de caminar
hacia el puente de la colonia Galeana para después incorporarse al bulevar
“Vicente Guerrero”, lo hicieron hacia el norte de la ciudad, tomaron la
carretera federal y dieron vuelta en “U” en el retorno ubicado frente a la
colonia Tata Gildo.
A partir de ahí, el recorrido fue el mismo. El contingente
de aproximadamente cuatro kilómetros de largo gritó las consignas de costumbre
en contra de la reforma educativa, el examen de oposición y por la presentación
con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Elementos de la Policía Federal
siempre estuvieron a la expectativa.
En esta ocasión, no hubo ni siquiera pintas de edificios
públicos, ni en la 35 Zona Militar ni en el Congreso del Estado. Cuando los
manifestantes pasaron frente a estas instalaciones sólo se dedicaron a gritar
consignas contra los militares y frente a la sede del Poder Legislativo sólo insultaron
a los diputados locales por no apoyarlos en su lucha.
Más adelante, el contingente se salió de los carriles de
alta velocidad y enfiló hacia el Palacio de Gobierno previamente resguardado
por cientos de elementos de la Policía Antimotines.
Aquí tampoco se registró agresión alguna en contra del
edificio, sólo bloquearon totalmente el encauzamiento del río Huacapa en sus
dos sentidos y llevaron a cabo un mitin que concluyó alrededor de las tres y
media de la tarde, hora en que los manifestantes se dispersaron y los maestros
disidentes regresaron a sus respectivos campamentos: los de Antonia Morales al
zócalo de Chilpancingo y los de Ramos Reyes a la avenida Ruffo Figueroa.
(Baltazar Jiménez Rosales)
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