Ambulantes “intimidan” a inspectores del mercado

Inspectores del mercado “Baltasar R. Leyva Mancilla” denunciaron ser hostigados y amenazados por una líder del comercio ambulante a quienes todos conocen como doña Gloria, misma que, señalan, vende protección a los ambulantes que le pagarían entre 10 y 30 pesos diarios para poder vender en
las calles aledañas a la central de abasto.
Los quejosos indicaron que el administrador les ha dado instrucciones para que se realice un reordenamiento de la actividad del ambulantaje y no se les permita estacionarse en las calles, pues si son ambulantes deben estar caminando todo el tiempo, sin embargo la líder ha colocado a sus seguidores con cajas, de manera fija en el centro de la calle 21 de marzo y esto genera severos congestionamientos.
Por ello en el marco de sus atribuciones el pasado miércoles levantaron uno de los puestos que se encontraba en este lugar y trasladaron las pertenencias a la administración a donde el propietario tendría que ir a recogerlas, y ahí se le haría una amonestación y se le informaría que no puede quedarse a vender en un solo sitio.
En respuesta, dicen los inspectores, doña Gloria con azuzó a medio centenar de personas que irrumpieron de forma violenta en la administración y sustrajeron las cosas para volver a colocar el vendedor en la misma zona.
Los inspectores señalaron que cuando la mujer irrumpió amenazó que si siguen molestando a los comerciantes ambulantes los van a linchar o incluso podrían desaparecerlos.
Dijeron que esta misma mujer y el grupo que dirige hace unos días agredieron a algunos de sus compañeros que retiraban unas mantas que se colocaron en el mercado de manera irregular, por lo que existe temor de que cumpla su amenaza y los mande golpear.
Los trabajadores de la administración pidieron no mencionar sus nombres en esta nota informativa por el mismo temor que tiene de ser agredidos, además lamentaron que (afirman) el alcalde marco Antonio Leyva Mena no les de apoyo para realizar su trabajo de manera eficaz, pues en estos casos en los que los comerciantes agreden a los inspectores debería intervenir la fuerza pública para hacer valer la autoridad del municipio, sin embargo el presidente no ha querido entrarle de en serio a una reorganización en este centro de abasto. (Por Abel Miranda Ayala)

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