El Papa no vino a Guerrero por temor a que los normalistas le faltaran al respeto: Obispo
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reveló que ante la conferencia de obispos de México se presentó una propuesta para que el papa Francisco, realizara una escala en la ciudad de Iguala de esta entidad, donde tuviera un acercamiento con los familiares de los
43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, sin embargo esta propuesta fue rechazada por considerar que los normalistas son persona que pueden tener un comportamiento inadecuado ante su santidad.
Rangel Mendoza, refirió que hasta este momento los estudiantes del Normal de Ayotzinapa o sus familiares no han tenido ningún acercamiento con la diócesis como para generar condiciones de tener un acercamiento con su santidad en alguna de los sitios que visitará el jerarca de la Iglesia Católica, aunque sí lo han sugerido en declaraciones periodísticas, “periodísticamente me lo han insinuado, pero ellos no han venido conmigo por lo tanto no hay nada de esto”.
Indicó que la propuesta de que el papa viniera a Guerrero la hizo dentro de la conferencia episcopal, en la mesa directiva de los obispos, “yo propuse una posible reunión en Iguala, que hiciera una escala y ellos juzgaron que no era oportuno porque se podría provocar un problema hasta de tipo social”.
Agregó que la negativa a que Francisco visitara Guerrero fue por considerar que “a veces estas personas (normalistas de Ayotzinapa) obran o proceden de una manera no muy civilizada y en vez de ser un encuentro positivo en el que se escuchar a los muchachos, el encuentro se convirtiera en una especie de mitin político y ahí se le faltara el respeto al papa, o a la comitiva”.
Dijo que si los normalistas se acercaran de un modo más civilizado y más amable, podrían lograr mayor atención, “pero con presión no se arreglan las cosas, desde mi punto de visa si su actitud fuera más amable, más cortés, más educada, creo que se podrían arreglar más cosas, pero a gritos, con protestas, creo que no se pueda arreglar nada”.
El obispo se refirió también al asunto de la presencia de más de tres mil efectivos militares en el municipio de Chilapa en un despliegue táctico que tiene la intención de frenar la inseguridad asociada a la delincuencia organizada, mismo que dijo es un freno, sin embargo no resuelve el problema, porque cuando los soldados se retiren los delincuentes regresarán.
“Ciertamente es un freno, por lo menos cuando están peleando dos personas o dos muchachos, es bueno que entre un tercero a pacificar pero que sea la solución no lo creo”.
Dijo que está comprobado en todo lugar que la militarización y la violencia, generan más violencia, “por eso he insistido mucho en dialogar, he insistido mucho en que tenemos que cambiar el corazón de las personas y aquí es una tarea de los padres de familia, de los maestros, de la Iglesia de todos los grupos incluso del gobierno, ir transformando la sociedad desde pequeños, desde la escuela, familia ya que por más militarización o fuerza policiaca que metamos a lugares, por más fuerza de inteligencia, si no logramos cambiar el corazón de las personas esto no va a tener mucho efecto”.
Finalmente dijo que la presencia de los militares en Chilapa es lo mismo que poner un policía en la puerta de una casa, mientras el policía esté el ladrón se alejará, pero cuando el policía se retire el ladrón regresará. (Por Abel Miranda Ayala)
43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, sin embargo esta propuesta fue rechazada por considerar que los normalistas son persona que pueden tener un comportamiento inadecuado ante su santidad.
Rangel Mendoza, refirió que hasta este momento los estudiantes del Normal de Ayotzinapa o sus familiares no han tenido ningún acercamiento con la diócesis como para generar condiciones de tener un acercamiento con su santidad en alguna de los sitios que visitará el jerarca de la Iglesia Católica, aunque sí lo han sugerido en declaraciones periodísticas, “periodísticamente me lo han insinuado, pero ellos no han venido conmigo por lo tanto no hay nada de esto”.
Indicó que la propuesta de que el papa viniera a Guerrero la hizo dentro de la conferencia episcopal, en la mesa directiva de los obispos, “yo propuse una posible reunión en Iguala, que hiciera una escala y ellos juzgaron que no era oportuno porque se podría provocar un problema hasta de tipo social”.
Agregó que la negativa a que Francisco visitara Guerrero fue por considerar que “a veces estas personas (normalistas de Ayotzinapa) obran o proceden de una manera no muy civilizada y en vez de ser un encuentro positivo en el que se escuchar a los muchachos, el encuentro se convirtiera en una especie de mitin político y ahí se le faltara el respeto al papa, o a la comitiva”.
Dijo que si los normalistas se acercaran de un modo más civilizado y más amable, podrían lograr mayor atención, “pero con presión no se arreglan las cosas, desde mi punto de visa si su actitud fuera más amable, más cortés, más educada, creo que se podrían arreglar más cosas, pero a gritos, con protestas, creo que no se pueda arreglar nada”.
El obispo se refirió también al asunto de la presencia de más de tres mil efectivos militares en el municipio de Chilapa en un despliegue táctico que tiene la intención de frenar la inseguridad asociada a la delincuencia organizada, mismo que dijo es un freno, sin embargo no resuelve el problema, porque cuando los soldados se retiren los delincuentes regresarán.
“Ciertamente es un freno, por lo menos cuando están peleando dos personas o dos muchachos, es bueno que entre un tercero a pacificar pero que sea la solución no lo creo”.
Dijo que está comprobado en todo lugar que la militarización y la violencia, generan más violencia, “por eso he insistido mucho en dialogar, he insistido mucho en que tenemos que cambiar el corazón de las personas y aquí es una tarea de los padres de familia, de los maestros, de la Iglesia de todos los grupos incluso del gobierno, ir transformando la sociedad desde pequeños, desde la escuela, familia ya que por más militarización o fuerza policiaca que metamos a lugares, por más fuerza de inteligencia, si no logramos cambiar el corazón de las personas esto no va a tener mucho efecto”.
Finalmente dijo que la presencia de los militares en Chilapa es lo mismo que poner un policía en la puerta de una casa, mientras el policía esté el ladrón se alejará, pero cuando el policía se retire el ladrón regresará. (Por Abel Miranda Ayala)
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