Desplazados de Tierra Caliente por la violencia claman por ser reubicados
Familias que huyeron de la violencia que se registra en comunidades del municipio de San Miguel Totolapan en la región de Tierra Caliente para refugiarse en esta capital, pidieron al Gobierno del Estado aprobar un proyecto integral de reubicación que les permita instalarse formalmente en esta
ciudad y así dejar el asilo en el que los ha mantenido el gobierno.
El comisario de la comunidad de Santa María Sur, Eduardo Macedo, relató que hace casi dos años salieron huyendo de su comunidad que se encontraba amenazada por bandas de la delincuencia organizada, en ese momento salieron 37 familias con más de 120 personas en total, llegaron a Chilpancingo con apoyo del gobierno y se les instaló en un refugio temporal, y a la fecha siguen dependiendo de la generosidad del estado ya que no tienen capacidad de mantenerse sin ese apoyo.
De las 37 familias 14 decidieron salir del asilo y buscar su propia alternativa de vida, 23 siguen albergando la esperanza de que el estado les otorgue una vivienda donde puedan seguir su vida.
Este grupo de desplazados llegó a Chilpancingo a mediados del 2014, se presentaron en las escalinatas del Palacio de Gobierno, con bolsas de ropa y otras pertenencias, y confirmaron que huían de la ola de violencia que azotaba sus comunidades, donde no quedó ningún habitante, y hasta la fecha no han regresado, ni quieren regresar.
El gobierno, en aquel entonces encabezado por Ángel Aguirre Rivero, los instaló en un salón de fiestas y los mantuvo en ese sitio hasta el fin de su administración, seis meses después, cuando tuvo que dejar el cargo, tras el caso Ayotzinapa y la desaparición de los 43 estudiantes.
Posteriormente los cambiaron de lugar a un pequeño hotel y el estado les sigue apoyando económicamente para solventar el gasto de alimentación, "nosotros no queremos seguir así, hemos buscado trabajo y estamos en la disposición de salir adelante por eso solo pedimos que nos apoyen con las viviendas que nos ofrecieron", dijo el comisario.
Originalmente, los desplazados habían pedido una reubicación, para constituirse como comunidad, y tener tierras para sembrar y criar animales, sin embargo al no lograr esto, se conformarán con un terreno donde vivir, dicen.
Regresar no es una de sus opciones, pues tienen conocimiento que los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia continúan, además de que en los pueblos “ya no queda nadie”. (Por Abel Miranda Ayala)
ciudad y así dejar el asilo en el que los ha mantenido el gobierno.
El comisario de la comunidad de Santa María Sur, Eduardo Macedo, relató que hace casi dos años salieron huyendo de su comunidad que se encontraba amenazada por bandas de la delincuencia organizada, en ese momento salieron 37 familias con más de 120 personas en total, llegaron a Chilpancingo con apoyo del gobierno y se les instaló en un refugio temporal, y a la fecha siguen dependiendo de la generosidad del estado ya que no tienen capacidad de mantenerse sin ese apoyo.
De las 37 familias 14 decidieron salir del asilo y buscar su propia alternativa de vida, 23 siguen albergando la esperanza de que el estado les otorgue una vivienda donde puedan seguir su vida.
Este grupo de desplazados llegó a Chilpancingo a mediados del 2014, se presentaron en las escalinatas del Palacio de Gobierno, con bolsas de ropa y otras pertenencias, y confirmaron que huían de la ola de violencia que azotaba sus comunidades, donde no quedó ningún habitante, y hasta la fecha no han regresado, ni quieren regresar.
El gobierno, en aquel entonces encabezado por Ángel Aguirre Rivero, los instaló en un salón de fiestas y los mantuvo en ese sitio hasta el fin de su administración, seis meses después, cuando tuvo que dejar el cargo, tras el caso Ayotzinapa y la desaparición de los 43 estudiantes.
Posteriormente los cambiaron de lugar a un pequeño hotel y el estado les sigue apoyando económicamente para solventar el gasto de alimentación, "nosotros no queremos seguir así, hemos buscado trabajo y estamos en la disposición de salir adelante por eso solo pedimos que nos apoyen con las viviendas que nos ofrecieron", dijo el comisario.
Originalmente, los desplazados habían pedido una reubicación, para constituirse como comunidad, y tener tierras para sembrar y criar animales, sin embargo al no lograr esto, se conformarán con un terreno donde vivir, dicen.
Regresar no es una de sus opciones, pues tienen conocimiento que los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia continúan, además de que en los pueblos “ya no queda nadie”. (Por Abel Miranda Ayala)
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