Familiares de joven asesinado demandan que se haga justicia
Entre llanto y reclamos de justicia, la tarde de este jueves fue sepultado en el panteón de Chilpancingo el joven Eduardo Ezequiel Acosta, una de las siete personas que con saña fueron ejecutadas la madrugada del jueves en esta capital, sus familiares aseguraron que él no tenía vínculos
con ningún grupo delincuencial, se dedicaba a trabajar para sostener su matrimonio y a su pequeño hijo de tan sólo dos años.
Marta Angélica Acosta Vázquez, madre del joven de apenas 18 años, refirió que el miércoles, Eduardo Ezequiel, acudió a su domicilio en la calle Belisario Domínguez del barrio de San Mateo, comió, estuvo muy contento y después se fue a su trabajo y no volvieron a saber de él hasta el día siguiente cuando lo reconocieron en el anfiteatro.
"¿Por qué él, que tenía tantas ganas de ver crecer a su hijo, que le estaba poniendo muchas ganas al trabajo que desempeñaba cuidando animales en un rancho, ello para sacar adelante a su pequeño y a otro que viene en camino?", señaló entre llanto la mujer.
Dijo que Eduardo Ezequiel era un joven sano, que le gustaba el deporte, no consumía drogas, aunque sí de vez en cuando gustaba de tomarse unas copas con sus amigos del barrio, por lo que doña Martha Angélica cree que el atentado contra el muchacho pudo tratarse de una equivocación, "me gustaría saber por qué lo hicieron, porque arrancaron una vida llena de ilusiones y esperanza".
Indicó que su hijo no era parte del grupo de jóvenes que plagiaron desde el martes en un taller mecánico, y dijo que no conocía a ninguna de las otras seis personas que aparecieron asesinadas la madrugada del jueves, "nadie de mi familia los conocía ni creo que ellos nos hayan conocido a nosotros".
"Si me gustaría que hubiera justicia, aunque, si no la hay en la tierra Dios se encargará de ello", dijo la mujer, quien también comentó que es lamentable que jóvenes estén siendo asesinados con tal impunidad, mientras que las autoridades no cumplen su obligación de dar seguridad y justicia a la población. (Por Abel Miranda Ayala)
con ningún grupo delincuencial, se dedicaba a trabajar para sostener su matrimonio y a su pequeño hijo de tan sólo dos años.
Marta Angélica Acosta Vázquez, madre del joven de apenas 18 años, refirió que el miércoles, Eduardo Ezequiel, acudió a su domicilio en la calle Belisario Domínguez del barrio de San Mateo, comió, estuvo muy contento y después se fue a su trabajo y no volvieron a saber de él hasta el día siguiente cuando lo reconocieron en el anfiteatro.
"¿Por qué él, que tenía tantas ganas de ver crecer a su hijo, que le estaba poniendo muchas ganas al trabajo que desempeñaba cuidando animales en un rancho, ello para sacar adelante a su pequeño y a otro que viene en camino?", señaló entre llanto la mujer.
Dijo que Eduardo Ezequiel era un joven sano, que le gustaba el deporte, no consumía drogas, aunque sí de vez en cuando gustaba de tomarse unas copas con sus amigos del barrio, por lo que doña Martha Angélica cree que el atentado contra el muchacho pudo tratarse de una equivocación, "me gustaría saber por qué lo hicieron, porque arrancaron una vida llena de ilusiones y esperanza".
Indicó que su hijo no era parte del grupo de jóvenes que plagiaron desde el martes en un taller mecánico, y dijo que no conocía a ninguna de las otras seis personas que aparecieron asesinadas la madrugada del jueves, "nadie de mi familia los conocía ni creo que ellos nos hayan conocido a nosotros".
"Si me gustaría que hubiera justicia, aunque, si no la hay en la tierra Dios se encargará de ello", dijo la mujer, quien también comentó que es lamentable que jóvenes estén siendo asesinados con tal impunidad, mientras que las autoridades no cumplen su obligación de dar seguridad y justicia a la población. (Por Abel Miranda Ayala)
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