Ofrece Obispo mediar diálogo con la delincuencia para buscar la paz

“El papel de la Iglesia como intermediaria en problemas sociales no es algo nuevo”, señala el prelado Salvador Rangel Mendoza. 

Por Abel Miranda Ayala

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, se ofreció para ser mediador entre "capos" de la delincuencia organizada y el gobierno del estado a fin de que se pudieran establecer acuerdos que permitan afectar menos a la sociedad, crear condiciones de paz y tranquilidad, sin que eso signifique otorgar concesiones a quienes delinquen.

Indicó que como representante de la Iglesia le daría mucho gusto llegar a dialogar "con estos capos, estos jefes o estas personas, pero en este sentido, de cómo hacer para que la gente no sufra más, no se perjudique a terceros, y llegue a un diálogo con estos señores, pero en favor de la paz y no para hacer concesiones".
El jerarca católico, refirió que la información que ha recibido es que en el territorio que conforma la diócesis actúan tres grupos delincuenciales, que son "los Ardillos, los Rojos y los Guerreros Unidos", sin embargo hasta este momento él, no ha tenido contacto con ninguno ni se le ha molestado o impedido llegar a alguno de los templos que ha visitado en los territorios de estas bandas delincuenciales, "yo estoy yendo a todos los lugares de la diócesis y ellos (delincuentes) saben que yo me presento y no me han puesto ningún obstáculo, no me han puesto ninguna traba, me estoy moviendo dentro de la diócesis libremente".
Ante esto reiteró que si los capos de la delincuencia decidieran aceptar un diálogo, “como Iglesia estaríamos dispuestos a sentarnos a la mesa con ellos, estamos dispuestos dialogar a ser instrumentos y lazo de unión, estamos en esa disposición buscando el bien de las personas buscando el bien de la sociedad".
Sobre la creciente ola de violencia que se vive en municipios como Chilpancingo y Chilapa el obispo indicó que es una desgracia lo que está pasando y desafortunadamente no se está yendo al fondo del tema para tratar de resolverlo, "si algo está pasando es que alguien lo está provocando, tenemos que preguntarnos todos nosotros qué es lo que está provocando esta violencia y quiénes son los que la provocan, porque mientras no se llegue a la raíz del problema esto no se va a solucionar y vamos a continuar teniéndolo".
Asentó que la cuestión de la paz, de la armonía, del diálogo no es tan sólo del gobierno, también nosotros como sociedad tenemos que poner nuestro granito de arena, "puede ser también que no ese trate de un problema sólo nacional sino que hay intereses a nivel internacional, específicamente de aquellos que utilizan a México como un trampolín para enviar la droga a los Estados Unidos de Norteamérica".
Argumentó que el problema es multifactorial, "por ejemplo hemos hablado mucho de la pobreza en que viven nuestros campesinos, ya me ha tocado ver en la sierra, muchas comunidades en las partes indígenas a personas que andan descalzos y digo ¿que estas personas no merecen una vida mejor?, claro que si la merecen y digo que esta pobreza y la falta de oportunidades causan la violencia, muchos jóvenes no tiene otra opción, no tiene más oportunidades que las que les ofrecen los narcotraficantes y por eso se involucran, a falta de otra opción".
Otro factor es la educación la educación, pues mientras no le pongamos el dedo en la llaga a reformar la educación y de verdad sea una buena educación, auténtica, vamos a seguir produciendo ignorantes, analfabetas y eso mismo va a provocar los problemas en Guerrero.
"Sin embargo aquí hay que destacar que hay más gente buena que mala, gente positiva que quiere la paz y la concordia, y por lo tanto sí vale la pena que luchemos para que en Guerrero vivamos en paz".
Rangel Mendoza señaló que el papel de la Iglesia como mediadora en problemas sociales nos sería nuevo, pues han participado en problemas similares en Colombia, en Argentina e incluso fungieron como mediadores en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, "simplemente les digo que estoy dispuesto a ser mediador, si las partes aceptan, creo que esa es mi misión, a eso venimos aquí".
Finalmente se le preguntó si como iglesia tiene reporte de sacerdotes que estén siendo amenazados por la delincuencia como ha ocurrido en el pasado y como se reporta en otras partes del estado o del país, a lo cual respondió: "no tengo ningún reporte en el tiempo que llevo al frente de la Diócesis, sin embargo quiero decirles que algo que si me han comunicado mis sacerdotes es que tienen miedo".

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