En el kínder Leonor López Orellana temen que se les caiga su escuela

Alumnos, padres de familia y maestros del Jardín de Niños “Leonor López Orellana”, ubicado en Corregidora 28 del barrio de San Mateo, se manifestaron cerrando la vialidad en la entrada del paso a desnivel para demandar al gobierno que intervengan para realizar la reconstrucción de sus edificios
que desde hace dos años fueron declarados como zona de alto riesgo.
El presidente del comité de padres de familia, Luis Alberto Millán Arieta, destacó que desde hace dos años fueron notificados que las aulas de este jardín de niños representan un claro riesgo debido a que tiene daño estructural producido por la falta de mantenimiento en más de 60 años que son los que han pasado desde que los muros se construyeron El problema en estos últimos días se ha agudizado porque se inició la reconstrucción del edificio de la Escuela Primaria “Lauro Aguirre” que son sus vecinos y ahora cuando operan la maquinaria con que están tumbando las viejas aulas de la primaria en el jardín todo vibra como si estuviera temblando “Tenemos miedo de que pro la vibración se pueda colapsar uno de nuestros edificios y eso significaría aplastar a 150 niños que asisten en el turno matutino u otra cantidad igual en el turno de la tarde, además del personal docente y administrativo. Los quejosos se instalaron frente a la entrada del paso a desnivel y demandaron ser atendidos por autoridades de los tres niveles de gobierno.
Explicaron, “tuvimos que tomar esta decisión porque desde hace más de dos semanas hemos estado buscando tener una entrevista con el presidente municipal Marco Antonio Leyva pero no la hemos logrado”.
Le queremos pedir que si no está en sus manos apoyarnos con la construcción, que se convierta en nuestro gestor, que lleve nuestra demanda a las autoridades que se requieran porque no podemos estar en el edificio que se podría venir abajo”.
Finalmente advirtieron que a partir de la próxima semana buscarán un espacio donde instalarse de manera temporal a tomar clases, “no lo hemos determinado, pero podríamos hacerlo en cualquier sitio donde nos acomodemos, porque a los niños no los meteremos en el edificio hasta que se reconstruya”. (Por Abel Miranda Ayala)

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