Diálogo y acuerdos pero no pacto con grupos delincuenciales, aclara obispo

El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, reiteró ayer la disposición de los cuatro obispos de Guerrero para interceder ante los grupos delincuenciales con presencia en Guerrero con el fin de buscar el bien de la comunidad y que cese la violencia, aunque aclaró que
hasta el momento ninguno de ellos ha tenido contacto con los integrantes de la delincuencia organizada.
La finalidad de esta intermediación de los obispos de Guerrero ante los grupos del crimen organizado es para “llegar a acuerdo con ellos para que no se perjudique a la sociedad, (pero) me preguntaron que si estoy dispuesto a dialogar, no a hacer pactos”.
Recordó que en un encuentro que sostuvo con reporteros en el Panteón Central de Chilpancingo respondió unas cuantas preguntas y habló acerca de que “la Iglesia y los obispos en muchos lugares en tiempos de la historia, como ocurrió en Colombia, Cuba y Argentina, siempre han sido intermediarios para buscar un camino de paz”.
Refirió además que como fraile franciscano, “San Francisco nos mandó a buscar la paz, señor hazme instrumento de tú paz, y estoy consciente de que si estas personas lo desean que uno sea instrumento, los obispos de Guerrero estamos dispuestos a intervenir en bien de la gente”.
Por tal motivo, insistió en que como obispo y fraile franciscano está dispuesto a buscar un acercamiento con los grupos de la delincuencia organizada para buscar el bien de la comunidad, de las personas y que no haya más crímenes y más desorden sin hacer concesiones al crimen organizado”, pero reiteró que hasta el momento no ha tenido ningún contacto con ellos.
De esta manera, mencionó, la intención es pedirle a estos señores que no perjudiquen más a terceros, que no perjudiquen a la comunidad porque queremos despejarnos de ese temor, de esos miedos que tenemos al salir o ir por los caminos o por las carreteras, y ante todo el diálogo con éstas personas”, pero insistió en que no ha sido buscado por nadie Indicó que por la penetración que la Iglesia Católica tiene entre las personas, la oferta de los cuatro obispos de Guerrero es hablar con todos los actores de la sociedad, es decir, desde los políticos, el magisterio “y a éstos grupos para hacer un esfuerzo para rehacer el tejido social, y sobre todo crear valores en la familia”.
Caso Iguala-Ayotzinapa 
En cuanto al caso Iguala Ayotzinapa, Rangel Mendoza mencionó que de lo que se ha podido dar cuenta es que “muchas personas se están valiendo y están utilizando tanto a los familiares de los jóvenes de Ayotzinapa para buscar bienes partidarios, bienes personales o bienes de grupos, y eso nos parece que no es moral”.
En este sentido, destacó que en este caso “tiene que haber un perdón para buscar el bien, de lo contrario no habrá avances y los problemas continuarán, por eso ofrecemos que haya más diálogo entre las personas”. (Baltazar Jiménez Rosales)

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