Policías lamentan la muerte de un compañero “por trabajo excesivo”

Indignación causó en redes sociales la muerte de un oficial de la Policía del Estado, quien falleció por insuficiencia respiratoria y una complicación de diabetes, sin embargo sus compañeros asocian el deceso al trato inhumano al que han estado sometidos en el último mes en el que les suspendieron
descansos y los mantiene a la intemperie en puntos de control carreteros.
Policías estatales manifestaron su malestar en cuentas de Facebook y grupos de WhatsApp, por la muerte de su compañero Jesús Jiménez Villa, quien murió en el hospital del ISSSTE de Acapulco tras permanecer en servicio durante 33 días sin descanso.
Los quejosos indicaron que el “general Villa”, como conocían a su compañero se encontraba enfermo desde hace varias semanas y lo reportó a sus superiores, sin embargo por falta de personal lo obligaron a irse al filtro en el túnel del nuevo libramiento Chilpancingo-Tixtla, ahí participó en la refriega contra alumnos de la normal de Ayotzinapa, donde sufrió de golpes y principalmente inhaló mucho gas lacrimógeno.
Tras el enfrentamiento se puso más enfermo, pero no quisieron enviarlo a descansar pues se temía que los normalistas regresaran y volvieran a enfrentarse, finalmente fue en la noche cuando se le permitió trasladarse a Chilpancingo a ver al médico, quien confirmó que tenía la tensión arterial y la glucosa elevada, pero como ya se sentía un poco mejor fue dado de alta y lo volvieron a enviar al túnel a seguir en la guardia durmiendo a la intemperie y sufriendo las inclemencias del sol.
Tres días después su salud volvió a complicarse y fue trasladado al puerto de Acapulco para recibir atención médica en el hospital del ISSSTE, donde finalmente su mermado cuerpo no soportó y perdió la vida.
Jesús Jiménez Villa, contaba con 30 años de servicio, ostentaba el grado de segundo comandante y su cuerpo fue homenajeado en el cuartel de Acapulco de donde después sería trasladado a la región de Costa Chica de donde era originario para ser inhumado. (Por Abel Miranda Ayala)

Comentarios