Necesario que Seder informe cifras reales de las pérdidas por la sequía
Ante la marcada disparidad de las cifras que se manejan por los daños ocasionados al campo guerrerense por la sequía y la canícula, es necesario que el secretario de Desarrollo Rural del gobierno estatal, Rigoberto Acosta González, comparezca ante la Comisión de Desarrollo
Agropecuario del Congreso local, por lo cual el punto de acuerdo será sometido hoy ante la Comisión Permanente.
Entrevistado la mañana de ayer, el diputado local y coordinador de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, Evencio Romero Sotelo, expresó muy a su estilo que una cosa es segura: “la canícula le dio en la madre al campo de Guerrero, no hay vuelta de hoja, no tiene caso hacernos chaquetas mentales de que el campo se reactivará con las lluvias que lleguen”, el problema es que mientras de manera extraoficial se habla de que se perdió más del 70 por ciento de los cultivos, otros dicen que las pérdidas son apenas del 50 por ciento.
Precisamente por eso es necesario que el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) comparezca ante la Comisión de Desarrollo Agropecuario del Congreso local, para que “con los pelos de la burra en la mano nos diga cuál es la realidad y los efectos que está produciendo la sequía en el campo guerrerense”.
Y es que dijo que una sequía como la que este año sufre el campo de Guerrero no se había presentado desde hace aproximadamente 50 años, “porque ya al 70 por ciento de la superficie sembrada se lo llevó la chingada”, por lo cual se vienen tiempos difíciles para el estado por la grave escasez de maíz que habrá.
Señaló que en Guerrero fueron sembradas 450 mil hectáreas entre mayo y junio pasados, de las cuales las versiones extraoficiales señalan que ya se perdió el 70 por ciento, en tanto que las oficiales indican que no es más allá del 50 por ciento.
Precisamente por esta disparidad en las cifras es necesario que el titular de la Seder, Rigoberto Acosta González comparezca ante los diputados, pues además es preciso que informe cuáles son las acciones que llevará a cabo el gobierno estatal para indemnizar a los campesinos afectados y para abastecer de maíz las comunidades ubicadas en las regiones más marginadas y pobres de la entidad, como la Montaña y la Costa Chica.
Señaló que es necesario que los diputados locales conozcan la situación real del campo de Guerrero, para que realicen las gestiones necesarias para ver la posibilidad de que los apoyos a los campesinos afectados aumenten, ya que por parte del seguro catastrófico sólo recibirán mil 500 pesos por hectárea siniestrada.
Sin embargo, en este sentido hay un problema, destacó Romero Sotelo: “por el seguro catastrófico, la empresa nada más puede pagar lo correspondiente a dos hectáreas al campesino afectado, independientemente de las hectáreas que haya sembrado, es decir, aquel que sembró tres, cuatro ó más de siete hectáreas y todas fueron afectadas por la sequía, sólo tendrá derecho al pago de dos hectáreas o lo que es lo mismo, se lo llevó la chingada.
Por lo anterior, se pronunció porque además del seguro catastrófico, los campesinos afectados reciban otro tipo de apoyo para resarcir un poco las pérdidas que tuvieron. (Baltazar Jiménez Rosales)
Agropecuario del Congreso local, por lo cual el punto de acuerdo será sometido hoy ante la Comisión Permanente.
Entrevistado la mañana de ayer, el diputado local y coordinador de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos, Evencio Romero Sotelo, expresó muy a su estilo que una cosa es segura: “la canícula le dio en la madre al campo de Guerrero, no hay vuelta de hoja, no tiene caso hacernos chaquetas mentales de que el campo se reactivará con las lluvias que lleguen”, el problema es que mientras de manera extraoficial se habla de que se perdió más del 70 por ciento de los cultivos, otros dicen que las pérdidas son apenas del 50 por ciento.
Precisamente por eso es necesario que el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) comparezca ante la Comisión de Desarrollo Agropecuario del Congreso local, para que “con los pelos de la burra en la mano nos diga cuál es la realidad y los efectos que está produciendo la sequía en el campo guerrerense”.
Y es que dijo que una sequía como la que este año sufre el campo de Guerrero no se había presentado desde hace aproximadamente 50 años, “porque ya al 70 por ciento de la superficie sembrada se lo llevó la chingada”, por lo cual se vienen tiempos difíciles para el estado por la grave escasez de maíz que habrá.
Señaló que en Guerrero fueron sembradas 450 mil hectáreas entre mayo y junio pasados, de las cuales las versiones extraoficiales señalan que ya se perdió el 70 por ciento, en tanto que las oficiales indican que no es más allá del 50 por ciento.
Precisamente por esta disparidad en las cifras es necesario que el titular de la Seder, Rigoberto Acosta González comparezca ante los diputados, pues además es preciso que informe cuáles son las acciones que llevará a cabo el gobierno estatal para indemnizar a los campesinos afectados y para abastecer de maíz las comunidades ubicadas en las regiones más marginadas y pobres de la entidad, como la Montaña y la Costa Chica.
Señaló que es necesario que los diputados locales conozcan la situación real del campo de Guerrero, para que realicen las gestiones necesarias para ver la posibilidad de que los apoyos a los campesinos afectados aumenten, ya que por parte del seguro catastrófico sólo recibirán mil 500 pesos por hectárea siniestrada.
Sin embargo, en este sentido hay un problema, destacó Romero Sotelo: “por el seguro catastrófico, la empresa nada más puede pagar lo correspondiente a dos hectáreas al campesino afectado, independientemente de las hectáreas que haya sembrado, es decir, aquel que sembró tres, cuatro ó más de siete hectáreas y todas fueron afectadas por la sequía, sólo tendrá derecho al pago de dos hectáreas o lo que es lo mismo, se lo llevó la chingada.
Por lo anterior, se pronunció porque además del seguro catastrófico, los campesinos afectados reciban otro tipo de apoyo para resarcir un poco las pérdidas que tuvieron. (Baltazar Jiménez Rosales)
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