Cese de agresiones en agravio de sacerdotes pide la Iglesia Católica

El Vicario General de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Víctor Manuel Aguilar, condenó el fatal atentado cometido en agravio el sacerdote Gregorio López Gorostieta quien fuera levantado la semana pasada en Ciudad Altamirano y hallado muerto en el municipio de Tlapehuala en la región de
Tierra Caliente.
Durante la misa dominical celebrada en la parroquia de La Santa Cruz, el vocero de la diócesis, pidió por el alma de su compañero y llamó a orar para reencontrar la paz en el Estado de Guerrero. Posteriormente y en entrevista, Víctor Manuel Aguilar recordó que este no es el primer atentado en agravio de sacerdotes de la Iglesia Católica en Guerrero, donde recientemente también se dio el caso del sacerdote, Sean Jonh Ssenyondo, nativo de Uganda y quien fue levantado por un comando armado en una localidad de Chilapa y encontrado en fosas clandestinas de la localidad de Ocotitlán. “No son solo asesinatos lamentables, son golpes directos contra la Iglesia Católica que denotan la delicada línea que existe en el tema de violencia en el Estado”, manifestó el párroco.
Asimismo, hizo un llamado enérgico a los grupos delictivos para detener la persecución contra líderes religiosos y a las autoridades para garantizar seguridad a toda la ciudadanía y sectores de la entidad. “Ningún sector está exento a sufrir por los embates de los grupos de la violencia y del crimen pero hablar de que sean sacerdotes quienes son víctimas de esto, es algo muy grave”.
Sobre el móvil de los atentados contra los párrocos, refirió que la Iglesia solamente ha tenido información extraoficial pero en ambos casos, se liga con el crimen organizado que opera en las distintas regiones de la entidad.
“Realmente tenemos muy poca información sobre los motivos, las autoridades en turno son quienes deben de hacer ese trabajo de investigación aunque a la fecha no hay novedades sobre los casos de ambos religiosos”, manifestó.
Finalmente, llamó a los católicos de Guerrero y a otras religiones a elevar juntos una plegaria por el cese de la violencia en el estado pues hasta la fecha no hay quien haya podido hacer algo por el tema. (ANG)