CETEG pretendía tumbar las puertas de Casa Guerrero, pero… estaban abiertas

Llevando adelante las acciones radicales que han estado cometiendo las últimas semanas, profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación y alumnos de diversas Normales, pretendían ayer allanar e incendiar la residencia oficial Casa Guerrero, sin embargo se detuvieron
porque encontraron las puertas abiertas de par en par y a la esposa del gobernador, Rogelio Ortega Martínez, Rosa Icela Ojeda Rivera, con una bandera blanca en ese lugar.
“La actividad contemplaba abrir las puertas y sabíamos que ello significaba enfrentar a la policía que resguarda el lugar, como ocurrió la última vez que visitamos este lugar, pero encontramos la puerta abierta y con ello el objetivo ya estaba cumplido sin necesidad de confrontación”, comentó uno de los miembros de la avanzada que es el grupo considerado como más reaccionario.
La marcha de los maestros y normalistas inició en el zócalo de esta capital, lentamente avanzaron por las avenidas Alemán y Lázaro Cárdenas hasta la Rufo Figueroa, subieron hasta la Gobernadores y finalmente llegaron a la residencia oficial.
En este sitio estaba la esposa del gobernador a quien los manifestantes pidieron que se retirara para evitar alguna situación no deseada.
Ella accedió y se retiró, dejando en el sitio la bandera blanca con el escudo del Estado de Guerrero, misma que fue tomada por los manifestantes y en ella escribieron consignas. Los manifestantes ingresaron en la residencia oficial y realizaron pintas en diversas partes del inmueble, en la parte alta escribieron con letras de molde, “Vivos se los llevaron Vivos los queremos”, en los escritorios y paredes del interior de las oficinas igual se realizaron pintas con la leyenda ¡Asesinos!.
Cabe señalar que la residencia oficial prácticamente estaba vacía, no había computadoras, ni archivos de ninguna índole, la mayoría de los adornos fueron retirados y sólo dejaron algunos de menor importancia, a fin de que si había destrucción no fueran dañados.
Sin embargo la estratagema surtió efecto, pues quienes ingresaron a la residencia no rompieron, ni quemaron nada, sólo hicieron pintas en paredes del interior y exterior, llegaron hasta la alcoba y en la cama pintaron un enorme número 43.
Posteriormente se realizó un mitin político en el que las diversas organizaciones participantes hicieron uso del micrófono para exigir la presentación con vida de los 43 desaparecidos y castigo a los responsables materiales e intelectuales, asimismo libertad para los presos políticos.
Se destacó que son 61 días en los que las familias han llorado la ausencia de los jóvenes y el gobierno “se mantiene indolente” ante esta situación sin ofrecer resultados concretos y por el contrario tratando de manipular las indagatorias para intentar dar carpetazo al conflicto.
Tras cerca de una hora de actividades en este lugar, los manifestantes se retiraron en marcha para dirigirse nuevamente a su campamento en el zócalo de esta ciudad. (Por Abel Miranda Ayala)

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