Furiosos Normalistas de Ayotzinapa destruyeron el Congreso del Estado

Alumnos de la Escuela Normal Rural “Raúl isidro Burgos” —de Ayotzinapa—, que demandan justicia para tres de sus compañeros que fueron masacrados el pasado viernes en la ciudad de Iguala, destrozaron en esta capital las instalaciones del Congreso del Estado, luego de que en el recinto no
hubo ningún diputado que atendiera sus peticiones.
Los de Ayotzinapa acompañados de estudiantes de todas las normales públicas de esta capital, así como de padres de familia, profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación y otras organizaciones sociales, se manifestaron por las principales calles de la ciudad en lo que se había anunciado como una marcha silenciosa en señal de luto.
Cuando la manifestación llegó hasta las instalaciones del Congreso del Estado, los normalistas a través del aparato de sonido emplazaron a los diputados para que en un lapso de 10 minutos se presentaran y establecieran una mesa de diálogo, “de lo contrario la normal estará en su derecho de actuar”, amenazaron.
Una vez transcurrido el tiempo marcado, del interior de los autobuses sacaron montones de piedras que se repartieron entre los estudiantes e iniciaron el ataque al Palacio Legislativo inicialmente a la zona de la Biblioteca “Sentimientos de la Nación a la que no dejaron un solo vidrios en buenas condiciones”.
Los estudiantes rompieron los candados de las rejas y se metieron a la explanada principal para atacar también los cristales de la fachada principal, cuando cumplieron su objetivo, cuatro de los estudiantes se dirigieron a la escultura de Don José María Morelos y Pavón firmando los Sentimientos de la Nación y la derribaron, mientras tanto otro grupo brincó al interior de la biblioteca y le prendió lumbre a los estantes.
Cabe señalar que el edificio del Congreso, lo mismo que de Palacio de Gobierno y otras dependencias que tiene sus instalaciones al sur de la ciudad, fueron evacuados antes de que la marcha de los normalistas llegara por lo que al momento de la agresión no había más que el personal de seguridad al interior del inmueble, quienes se refugiaron al fondo del edificio sólo para evitar que las piedras los golpearan.
Una vez concluida la agresión los normalistas abordaron “sus” autobuses y volvieron a sus instalaciones en Ayotzinapa.(Por Abel Miranda Ayala)

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