Damnificados de Agua Hernández se quejan de indolencia gubernamental

A diez meses de que la mitad de su pueblo fue destruido por la lluvia que trajo la tormenta tropical “Manuel”, habitantes de la comunidad de Agua Hernández ubicada en la sierra baja del municipio de Chilpancingo se quejaron de la indolencia gubernamental que los mantiene en el olvido, viviendo en
improvisadas carpas y a la buena de Dios.
Ramón Ramos Martínez, quien es habitantes de esa población, relató que desde el paso de la tormenta tropical tuvieron que abandonar sus casas y trasladarse con las pocas cosas que pudieron cargar hasta el punto que hoy se conoce como el campamento o “Renacimiento de Agua Hernández”, ahí se establecieron 300 familias que salieron y han subsistido por sus propios medios.
Señalo que en este momento existe preocupación porque las lluvias incrementan el nivel de riesgo, además de que se destruyen los caminos y se incomunican las poblaciones.
Señaló que extraoficialmente saben que las autoridades han declarado que algunas zonas de la sierra ya no son aptas para ser habitadas, por lo que, los pobladores tendrán que abandonar el lugar, pero en su caso no han recibido notificaciones en torno a que puedan o no ser reubicados, mientras tanto las familias siguen padeciendo las inclemencias.
"Muchos perdimos nuestras casas porque nos las quitó el río, perdimos nuestras labores y al ver el peligro que estamos corriendo en estos momentos por las grietas que se han presentado e incrementado, pues nos vemos obligados a cambiarnos de la comunidad" explicó Ramón Ramos Martínez El quejoso estuvo este día en Chilpancingo para clamar por apoyo al alcalde Mario Moreno Arcos quien encabezó la audiencia pública, y a quien explicó que son al menos 300 personas las que se trasladaron al punto conocido como “Renacimiento Agua Hernández”, mientras que alrededor de 200 aún permanecen en la comunidad, quienes se niegan a abandonar lo poco que les queda. Mencionó que las familias se resguardan en galeras, duermen en el suelo, se cubren del frío solo con sábanas y bolsas de plástico; la única ventaja que tienen, dijo, es que están más cerca de la localidad de Coacoyulillo, que queda a una hora de camino, donde pueden realizar sus compras para ir sobreviviendo.
Lamentó que a pesar de sus carencias el gobierno no haga nada para apoyarlos, pues aunque las autoridades han acudido al lugar no se les ha dado ningún tipo de apoyo, "no hemos tenido apoyos de despensa y esas cosas, algunos ya se quieren regresar por que es más grande el sufrimiento que allá donde estábamos porque allá cuando menos aunque sea un pedazo de casa ya teníamos, pero ahorita estamos ahí al aire libre".
Insistió en que no cuentan con una fuente de empleo, no tienen parcelas, no hay centro de salud ni escuelas, no hay luz, agua potable, caminos y tampoco cuentan con un techo seguro para vivir.
"Y eso precisamente es lo que andamos luchando como ciudadanos de nuestra comunidad, que nos escuchen, que nos hagan caso y que vean la necesidad que hay, nosotros no pedimos algo que tengamos, pedimos porque no tenemos prácticamente nada".(Por Abel Miranda Ayala)

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