Llegaron las lluvias y la tan traída llevada reconstrucción …a medias

El más grande temor de los damnificados finalmente llegó. La lluvia vino con la primera depresión tropical del pacífico.
Todo el día permaneció así, cayendo agua por momentos de forma torrencial y en otras ocasiones solo “chispeaba” como se dice coloquialmente, pero no cesó durante todo este jueves. Frente al temor de los ciudadanos resalta la apatía gubernamental.
Los recursos tan anunciados por el gobierno federal, al parecer simplemente no llegaron.
Hoy las obras de rehabilitación del Río Huacapa se encuentran varadas, a medias y con el riesgo de que esta nueva temporada lluviosa destruya lo poco que se había avanzado.

Decenas de familias continúan albergadas en las instalaciones del Instituto del Deporte del Estado de Guerrero (INDEG), pero miles de familias siguen viviendo en casas prestadas, rentando o con algún familiar.
La promesa que vino a hacer el presidente Enrique Peña Nieto y replicada por los gobiernos estatal y municipal, jamás llegó.
Aquí, en la capital del Estado las familias continúan sin un hogar.
Muchas perdieron por completo sus casas y otras están en riesgo de perder lo poco que les quedó. Mientras tanto, aquellas casas que desde hace ocho meses les vienen prometiendo, no lleva ni el 50 por ciento de avances.
Las lluvias llegaron y ninguna autoridad cumplió su palabra. Los más de 37 mil millones de pesos para reconstrucción a ejercerse en este año, nadie los vio, y eso que ya estamos a la mitad del año.
En la presa Cerrito Rico no se concluyeron los trabajos de reforzamiento del vaso. En lo largo del río Huacapa hay puntos que resultaron severamente dañados, en los cuales se construyeron muros que tienen de ancho solamente entre 15 y 20 centímetros.
En varios lugares los trabajos no están concluidos y lucen (por ejemplo) varillas salidas. El agua mientras tanto sube su nivel.
Todo luce como aquel 13 de septiembre cuando inició la lluvia devastadora del año pasado.
Hoy no hay algo diferente en cuanto a las obras y existen los mismos riesgos de inundación y desastre. Junto a la presa los vecinos siguen asentados luego de que el gobierno no les dio opciones de reubicación.
Varias casas de madera permanecen en riesgo de colapsar. Las barrancas que desembocan en el río Huacapa ya arrastran grandes cantidades de agua. Una de ellas es la barranca de Alpuyeca donde apenas la semana pasada el gobierno municipal se comprometió a desazolvar y construir muros de contención.
Pero les ganaron las lluvias como lo advertían los vecinos que bloquearon varias veces el paseo Alejandro Cervantes Delgado como acto de protesta.
Cerca de ahí, justo donde termina el denominado “Callejón del Tío Nacho”, evidentemente caen aguas negras al río, pues desemboca ahí una tubería de drenaje, sin que a las autoridades les importe si se llega a dar algún foco de infección. Hoy como aquel mes de septiembre, la gente habla de la lluvia y sus consecuencias que empiezan a flotar. “¡La lluvia no cede!”, es una de las expresiones que lleva inmerso un enorme temor, principalmente de aquellos que continúan viviendo en zonas de riesgo debido a que jamás tuvieron apoyo alguno del gobierno para reforzar sus viviendas o, en su caso, ser reubicados.
De aquel censo para reconstrucción de viviendas hoy nadie se acuerdo, pues tienen enfrente un nuevo fenómeno natural que tendrán que afrontar de la misma forma que el año pasado: “solos”.
Hoy las tarjetas para enceres domésticos también quedaron en el olvido al igual que las despensas que solo les sirvieron para apaciguar el hambre algunos cuantos días. (Jonathan Cuevas/Agencia Periodística de Investigación)

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