Damnificados pararon obras en Cerrito Rico

Un centenar de damnificados, que se aglutinan en el autodenominado Consejo de Damnificados del Cauce del Río Huacapa, detuvieron los trabajos de reparación de la presa de Cerrito Rico, debido a que, a su criterio, no se está haciendo conforme a las recomendaciones de especialistas y en caso de una nueva
contingencia podría reventar el vertedero.
De acuerdo con el dirigente de esta organización, Gumaro Guerrero “n”, especialistas de la UNAM como el ingeniero José Luis Rodríguez “n”, realizaron una valoración técnica de las reparaciones y encontraron que pueden ser muy peligrosas porque él vertedero podría ser destruido por la fuerza del agua y entonces arrasaría con miles de viviendas y seguramente "los muertos se contarían por miles".
Por ello los damnificados exigieron que se cumpla con obras que ya se tenían acordadas, como son que en la grieta que se ha detectado en el vertedero, se abra un espacio de un metro de lado a lado, en el interior se coloque una trabe de concreto armado, misma que se tendría que colar de una sola pieza con el encamisado que se le está colocando.
Mientras que los trabajos que se hacen actualmente, sólo pretendían abrir unos 20 centímetros la grieta y el concreto entraría apenas unos 30 centímetros, además de que no llevaría ninguna clase de estructura armada de acero. Otro punto en el que consideran se trabaja con “mala planeación” es en la colocación de zapatas, mismas que se están soportando a 70 centímetros de profundidad, cuando la recomendación de geólogos que revisaron la zona, es que la cimentación debe ir al menos a dos y medio metros de profundidad.
En este punto los representantes de la constructora que realiza las reparaciones ofrecieron excavar 80 centímetros más para que se tuviera al final una profundidad de un metro y medio, situación que los damnificados aceptaron.
Además plantearon la necesidad de que a la cortina del vertedero se le haga un corte diagonal para que cuando se tenga gran acumulación de agua el desfogue inicie de manera ascendente, es decir que empiece a trabajar antes para que el agua se desfogue lentamente y no de golpe como ocurrió en septiembre del año pasado.
Los quejosos llegaron a la presa poco antes de las nueve de la mañana y detuvieron el trabajo de dos retroexcavadoras, además de decenas de albañiles y peones que estaban armando lo que será el encamisado que, insisten, “está mal planeado”.
Los quejosos indicaron que de no tener una respuesta positiva se mantendrán en la zona porque definitivamente no aceptarán una obra de mala calidad que los tendrá viviendo en constante zozobra.
Los representantes de la empresa se comprometieron a realizar las obras tal y como lo pidieron los damnificados, además siguiendo las especificaciones del experto, sólo les pidieron que estos acuerdos se ratifiquen en la reunión que tendrán con personal de la CONAGUA el próximo jueves, "les pedimos que ratifiquen todos estos acuerdos para que nosotros podamos seguir trabajando y ya nos entendemos lo que ustedes quieren y nosotros podemos hacer.
Con ese acuerdo los damnificados permitieron que se reiniciaran los trabajos y antes de finalizar la reunión pidieron a los ingenieros que revisen los salarios que están pagando a sus empleados pues mil pesos que gana un peón y mil 500 un oficial son salarios muy bajos, "nosotros pedimos que tengan salarios dignos para que dignas sean las obras que nos realicen, hay dinero, porque el gobierno federal lo ha enviado, entonces que eso se gaste en buenos salarios". (Por Abel Miranda Ayala)

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