Ignoran autoridades a indígena que denunció por violencia a su marido

María Pineda de la Cruz, indígena amuzga, denunció que ninguna autoridad hizo caso a su denuncia que presentó contra su marido por maltrato y violaciones.
En conferencia de prensa, organizaciones defensoras de derechos de la mujer, como “Camino con Alas”,
relataron que María estuvo a punto de morir.
Dijo que su marido Rufino López la golpeó durante los 23 años de matrimonio que compartieron y que pese a la denuncia que presentó en su contra las autoridades no lo castigaron. María huyó de su marido quien la amenazó de muerte para casarse con alguien más porque “ya no servía como mujer”. Vino a Chilpancingo, donde estudian y trabajan dos de sus cuatro hijos.
Llegó a la ciudad en junio, pero su ex pareja vino a buscarla en diciembre y fue cuando decidió cruzar la frontera.
Aunque no conocía al “coyote” María se fue con él, porque sus hermanos que viven en Carolina del Norte le dijeron que cruzara y que allá le iban a pagar 4 mil 500 dólares.
Se fue hasta llegar al desierto de Sonora e intentó cruzar la frontera pasando por Arizona. Iban cinco hombres, junto al coyote y ella, le dijeron que tenían que caminar tres noches y tres días.
No aguantó el camino y la dejaron. Nada de eso le hubiera pasado, porque tuvo que ser regresada a México por autoridades consulares de Estados Unidos. Antes fue llevada al hospital y a la cárcel porque no tenía papeles, opinó la presidenta de Camino con Alas, Eva García Estrada, si las autoridades hubieran restringido a su marido de acercársele.
Eva García mediante un escrito describió que María fue víctima de su marido muchas veces. María relató que “recién parida de mi tercera hija, él (su esposo) siguió a mi prima y la violó en el monte y pagó, vendiendo 2 toros que tenía.
En 1999 me golpeó, me arrastró, me violó y me dio a tragar clarasol, razón por la cual mis padres me llevaron al hospital de Ometepec, los médicos de ese hospital cuando me vieron tan grave, dieron parte al ministerio público y lo detuvieron”.
Cuando salió el hospital fue al Ministerio Público y allí le dijeron, sin firmarle nada, que no le volvería a pegar su marido, que se regresara con él.
La indígena tiene 36 años y vivía en la comunidad de Yoloxóchitl, Tlacoachistlahuaca.
“En ese momento, Arnulfo Gardeño (alcalde del municipio), pagó la multa de 5000 y cerraron el caso”. La gota que derramó el vaso relató Eva García fue que en junio del año pasado la volvió a golpear y la violó bajo amenaza de hacerla cachitos; afiló un machete y lo metió debajo de la cama mientras la golpeaba. “Posteriormente me sacó de mi casa me dijo que me largara que si no me iba a hacer cachitos, por esta razón lo fui a denunciar al Ministerio Público de Ometepec, pero la licenciada me dio un citatorio para que se lo llevara al agresor”.
Después de 5 o 6 días de la cita dicha ministerio le dijo a que “me fuera con él porque era mi marido y que no lo podía sacar de su casa porque él no tenía a donde irse.
El agresor me insultaba y me exigía que me fuera con él en su idioma. El 28 de agosto en compañía de Hermelinda Tiburcio y un abogado de la procuraduría de la mujer, interpuse otra denuncia en la Agencia especializada para la investigación de delitos sexuales y violencia familiar. Y fue hasta el mes de diciembre cuando una licenciada, me dijo que íbamos a hacer la inspección hasta mi comunidad y que fuera preparada y consiguiera dinero”.
Las autoridades no le resolvieron nada a María y la amenaza que le propició su marido está latente. Solicitó apoyo gubernamental, porque aunque acudió a la Secretaría de la Mujer no la han ayudado.
Ella es promotora indígena e intérprete, pidió un empleo, porque quiere ayudar a su hijo más pequeño de 15 años, que trabaja cortando limones, a seguir estudiando. (www.agenciairza.com)

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