Policía que murió en un acto de heroísmo dejó 7 hijos huérfanos

La esposa del elementos de la Policía Estatal Acreditable Francisco Valderrama Soto, que murió hace unos días al tratar de impedir el asalto a un autobús de pasajeros en la región de Costa Grande, urgió al gobernador del estado para que le garantice apoyo para sus siete hijos que quedaron en la orfandad, y de
los que el uniformado era el único sostén económico.
Claudia Nava Martínez, refirió que tiene preocupación porque cinco de los niños aún se encuentran en educación básica, es decir jardín de niños, primaria y secundaria, sin embargo para ella sola que siempre se ha dedicado a las labores del hogar, será muy difícil la manutención del hogar y de la educación.
Indicó que la tarde del miércoles hubo un homenaje póstumo de cuerpo presente para su esposo, sin embargo no ha habido ningún ofrecimiento formal de apoyo, "esta quincena aún hicieron el depósito de su quincena que pude sacar porque tengo su tarjeta, pero ¿y después que va a pasar con nosotros?, se pregunta".
Comentó que en la Secretaría de Seguridad Pública le dijeron que vaya el lunes o martes para iniciar los trámites para el pago del seguro, pero hasta el momento no sabe si podrá cobrarlo o de cuánto será. Francisco Valderrama Soto, se encontraba establecido en el cuartel de la policía estatal ubicado en la comunidad de Vallecitos de Zaragoza y el pasado 29 de octubre fue citado para que se trasladara a la capital a realizar un curso en el Instituto de Capacitación y Formación Policial; bajó hasta el municipio de Petatlán y abordó un autobús que vendría para Chilpancingo, sin embargo en el camino fue interceptado por un grupo de hombres armados, quienes obligaron al chofer a conducir a un paraje fuera de la carretera federal.
El policía que viajaba en calidad de civil, trató de impedir el asalto forcejeó con los asaltantes y se hicieron disparos que le causaron la muerte.
El policía contaba con 40 años de edad tenía más de 16 años de servicio y de acuerdo con su esposa fue un elemento ejemplar, pues nunca faltó a su servicio, y en las evaluaciones que le hicieron para su acreditación, fue el segundo mejor, a pesar de ello hoy los reconocimientos colgarán en la pared, pero sus hijos sufrirán para poder mantenerse en la escuela.
"Lo que estamos pidiendo ahorita es que el gobernador sea sensible y nos otorgue una ayuda para garantizar a los siete hijos su educación". (Por Abel Miranda Ayala)

Comentarios