Los partidos en México son oligárquicos monopólicos y clientelares: investigador

La razón por la cual en México ha crecido más que en el resto de los países de Latinoamérica la desconfianza de la ciudadanía hacia los partidos políticos es que se encuentran convertidos en estructuras oligárquicas, monopólicas y clientelares que están demasiado atrapadas en la administración de los recursos.
Tal afirmación la realizó el presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE), Víctor Alarcón Olguín, quien a invitación del Instituto Electoral del Estado de Guerrero disertó la conferencia "Partidos Políticos y Ciudadanía" en el Auditorio Sentimientos de la Nación del Tribunal Electoral del Estado (TEE).
En sí, dijo, el ponente, México se ubica en el penúltimo lugar en pérdida de credibilidad y confianza de los partidos políticos y las instituciones democráticas por parte de la ciudadanía, ya que principalmente los institutos políticos se encuentran convertidos “en estructuras oligárquicas, en estructuras monopólicas que están demasiado atrapadas en la administración de los recursos, que se han corporativizado en estructuras clientelares, que los partidos han tratado de remar contra la corriente, más sin embargo su propio contexto interno tiende hacia el monopolio.
Mencionó, de acuerdo al “latino barómetro” del presente año, es en México donde la confianza de la ciudadanía en la clase política y los partidos ha registrado su mayor descenso y, aún más, apuntó que “México ha tenido un gran retroceso a la desconfianza plena.
Por lo anterior, mencionó, a pesar de que no es la mejor opción para resolver a corto plazo una situación como la que se atraviesa, pues regresar a un modelo de centralización no es lo más sano, la al ternativa que representa la eventual creación de un Instituto Nacional de Elecciones “suena muy atractivo”.
En ese sentido, Alarcón Olguín, destacó la necesidad de poner manos a la obra para solucionar los problemas que aquejan al sistema de partidos del país, “ya que no puede seguir dando vueltas en círculos”. Refirió que “desde todos los diversos ángulos del prisma de la política, debe haber una buena disposición unos con otros para reconstruir y recobrar la credibilidad de la democracia y de la política como una actividad digna para cada uno de nosotros; el reconocimiento de unos con otros como integrantes de un mismo proyecto de nación, como constructores de un derecho al futuro que debemos legar las generaciones actuales a las que nos continúan”.
Y es que dijo que los ciudadanos son la base de la construcción política, pues sin ciudadanos no hay partidos y sin partidos no hay representación, por lo que el ciudadano es más que un individuo que va a depositar su voto a la urna, es alguien que participa a través de mecanismos para dar continuidad a su decisión y se mantiene informado, que consensa sus diferencias y construye sus coincidencias. (Baltazar Jiménez Rosales)

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