“Nadie sabe” dónde están las alhajas de la virgen de Tixtla

El sacar de su nicho a la virgen de la Natividad en el santuario de Tixtla, mismo que se encuentra inundado por el desborde de la laguna, hizo recordar a los habitantes de esta población que desde hace muchos años nada saben de un importante y valioso lote de joyas propiedad de la venerada imagen, misma que incluyo
una corona de oro con incrustaciones de piedras preciosas que Vicente Guerrero le regaló.
El medio día de ayer un grupo de pobladores entró a la iglesia de El Santuario para sacar de este inundado templo, al Santo Entierro, una imagen de Jesucristo de tamaño natural, que fue trasladada a la capilla del Barrio de santa Cruz, tras la acción, en el sitio se congregaron grupos de feligreses a rendir culto.
Ahí reunidos, el grupo de tixtlecos empezó a recordar que hace más de 20 años el entonces párroco del santuario, Francisco Nava entregó a su sucesor un importante lote de alhajas pertenecientes a la virgen. Entre ellas destacaron la corona que le regaló siendo presidente de la república, Vicente Guerrero, a quien se le atribuye una fuerte devoción a esta virgen, "es una corona de oro, con incrustaciones de diamantes, rubíes y esmeraldas, además un collar que hacía juego con la corona", indicó don Venustiano Reyes Hernández, quien aseguró haber estado presente en esa entrega.
Refirió que aún guarda en su domicilio que en este momento se encuentra inundado, una copia del documento que se levantó en esa entrega recepción, donde se enlistan en tres hojas todo el lote de joyas que pertenece a la virgen.
Sin embargo aunque saben que existen, desde esa fecha nunca más las volvieron a ver, "no sabemos si las guarda el padre en algún lugar o se las han ido desapareciendo".
Indicó que en su momento la corona de oro donada por Vicente Guerrero se le retiró a la virgen porque su alto valor (económico e histórico) la hacía muy codiciable, sin embargo se debería de utilizar en fiestas u otras fechas importantes en las que la virgen se pone de fiesta, pero desde hace muchos años que las joyas simplemente no se ven por ningún lado.
Indicaron que en su momento el padre Francisco también vendió una campana que por muchos años funcionó en este templo, "era una campana que creemos que también tenía parte de oro, porque sonaba muy fuerte y con un sonido muy fino, mucho mejor que la que tenemos ahora, pero el padre dijo que necesitaba el dinero y la vendió".
Comentaron que sería importante buscar todas esas joyas, que hoy además de valor económico tiene también un valor histórico para la población, pues representan el regalo que le hizo a la virgen el único presidente que ha surgido de esta tierra suriana, del consumador de la independencia, "aquí había muchas otras reliquias como espadas, pero todas han desaparecido con el paso de los años, hace falta un museo donde se guarden y expongan todos esos tesoros que el pueblo de Tixtla tiene". (Por Abel Miranda Ayala)

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