Revelan normalistas de Ayotzinapa que los han atacado en “su” escuela
Integrantes del comité directivo estudiantil de la de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, denunciados en lo que va del presente mes en dos ocasiones grupos de hombres armados han irrumpido en sus instalaciones para golpear, robar y amenazar alumnos del plantel.
La hipótesis que los
normalistas manejan es que dichas agresiones van específicamente destinadas a quienes testificaron en contra de los ministeriales que fueron procesados como probables responsables de la muerte de dos alumnos de esa normal, durante un desalojo ocurrido el 12 de diciembre del 2011. Relatan que la primer agresión ocurrió el pasado 8 mayo alrededor de las 9 de la noche, cuando los alumnos Diego Castro Domínguez, Carlos Vázquez y Juan José Reyes Aguilar, procedentes de la sala de cómputo se dirigían a su dormitorio y fueron interceptados por un grupo de al menos cinco hombres que portaban armas largas y quienes los habrían amenazado de muerte y exigido “bajarle a sus desmadres contra el gobierno”. Supuestamente en sus amenazas los atacantes advirtieron a Diego, Carlos y Juan José que podría pasarles lo mismo que a los jóvenes Jorge Alexis Herrera pino y Gabriel Echeverría de Jesús, quienes murieron baleados durante el desalojo 12 de diciembre del 2011 durante un desalojo en la Autopista del Sol. Segundo ataque: Otra irrupción de hombres armados en la Normal de Ayotzinapa habría ocurrido el martes 14 mayo alrededor de las dos de la mañana en un dormitorio donde se encontraban los alumnos: José Mejía Robledo, Sergio Ramírez Domínguez, Diego Castro Domínguez, Juan José Reyes Aguilar, Carlos Vázquez y Gerardo Torres Pérez. El relato señala que hasta ese lugar llegaron dos hombres que portaban armas largas y quienes tras irrumpir con violencia apuntando con sus armas a los estudiantes, les ordenaron tirarse de cara al piso, les advirtieron que no se movieran y procedieron a revisar documentos y otros objetos propiedad de los alumnos, llevándose varias memorias de almacenamiento de datos “USB”, dos computadoras portátiles, cuadernos de apuntes y credenciales de elector. El comité estudiantil reveló que en el primer caso, entre los amenazados se encontraba un joven que fue testigo de cargo en contra de los dos agentes ministeriales que fueron señalados como presuntos ejecutores del homicidio de sus compañeros. Mismos policías que recientemente obtuvieron su libertad gracias a un amparo de la justicia federal. Así mismo señalan en el segundo grupo de afectados se encuentra el normalista aquel a quien se pretendió inculpar de haber accionado un fusil de asalto AK-47 en contra de sus propios compañeros el 12 de diciembre del 2011. Los alumnos “de Ayotzinapa” no creen que se trate de casualidades sino de agresiones dirigidas específicamente en contra de quienes alzaron la voz por los actos del 12 de diciembre del 2011. Eso sí, indicaron con toda claridad que en ninguno de los dos casos se pudo confirmar que los agresores sean agentes policiacos, o siquiera saber cómo entraron y salieron de la Normal sin ser detectados. Ante el cuestionamiento de que si habrán de demandar al gobierno estatal que les ofrezca algún tipo de garantías de seguridad respondieron que no, que ellos se cuidarán solos. (Abel Miranda Ayala)
normalistas manejan es que dichas agresiones van específicamente destinadas a quienes testificaron en contra de los ministeriales que fueron procesados como probables responsables de la muerte de dos alumnos de esa normal, durante un desalojo ocurrido el 12 de diciembre del 2011. Relatan que la primer agresión ocurrió el pasado 8 mayo alrededor de las 9 de la noche, cuando los alumnos Diego Castro Domínguez, Carlos Vázquez y Juan José Reyes Aguilar, procedentes de la sala de cómputo se dirigían a su dormitorio y fueron interceptados por un grupo de al menos cinco hombres que portaban armas largas y quienes los habrían amenazado de muerte y exigido “bajarle a sus desmadres contra el gobierno”. Supuestamente en sus amenazas los atacantes advirtieron a Diego, Carlos y Juan José que podría pasarles lo mismo que a los jóvenes Jorge Alexis Herrera pino y Gabriel Echeverría de Jesús, quienes murieron baleados durante el desalojo 12 de diciembre del 2011 durante un desalojo en la Autopista del Sol. Segundo ataque: Otra irrupción de hombres armados en la Normal de Ayotzinapa habría ocurrido el martes 14 mayo alrededor de las dos de la mañana en un dormitorio donde se encontraban los alumnos: José Mejía Robledo, Sergio Ramírez Domínguez, Diego Castro Domínguez, Juan José Reyes Aguilar, Carlos Vázquez y Gerardo Torres Pérez. El relato señala que hasta ese lugar llegaron dos hombres que portaban armas largas y quienes tras irrumpir con violencia apuntando con sus armas a los estudiantes, les ordenaron tirarse de cara al piso, les advirtieron que no se movieran y procedieron a revisar documentos y otros objetos propiedad de los alumnos, llevándose varias memorias de almacenamiento de datos “USB”, dos computadoras portátiles, cuadernos de apuntes y credenciales de elector. El comité estudiantil reveló que en el primer caso, entre los amenazados se encontraba un joven que fue testigo de cargo en contra de los dos agentes ministeriales que fueron señalados como presuntos ejecutores del homicidio de sus compañeros. Mismos policías que recientemente obtuvieron su libertad gracias a un amparo de la justicia federal. Así mismo señalan en el segundo grupo de afectados se encuentra el normalista aquel a quien se pretendió inculpar de haber accionado un fusil de asalto AK-47 en contra de sus propios compañeros el 12 de diciembre del 2011. Los alumnos “de Ayotzinapa” no creen que se trate de casualidades sino de agresiones dirigidas específicamente en contra de quienes alzaron la voz por los actos del 12 de diciembre del 2011. Eso sí, indicaron con toda claridad que en ninguno de los dos casos se pudo confirmar que los agresores sean agentes policiacos, o siquiera saber cómo entraron y salieron de la Normal sin ser detectados. Ante el cuestionamiento de que si habrán de demandar al gobierno estatal que les ofrezca algún tipo de garantías de seguridad respondieron que no, que ellos se cuidarán solos. (Abel Miranda Ayala)
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