Ante la ausencia de hombres el campo guerrerense se “feminiza”

En los últimos años, el campo guerrerense comenzó a registrar una “feminización”, ya que ante la ausencia de hombres en las comunidades, son las mujeres las que realizan las labores en ese ámbito. Lo anterior, es debido a que la alta marginación y la pobreza extrema en comunidades de los 81 municipios de la entidad ha
orillado a los campesinos a salir de sus lugares de origen y buscar mejores condiciones de trabajo para alimentar a sus familias, por lo que se ha feminizado el campo en la entidad suriana, señaló tanto el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Carlos Alberto Hernández Sánchez, como el diputado local Evencio Romero Sotelo. Por esta situación, consideraron, las mujeres se hacen cargo de las tierras de labor con las dificultades que representa el también hacerse cargo del hogar y del cuidado y educación de los hijos. En Guerrero durante el 2012 fueron beneficiadas 62 mil 914 mujeres con apoyos de programas como Procampo, con 234.08 millones de pesos lo que representó un ligero incremento del 2.5 por ciento, respecto a los apoyos recibidos en el 2011, el delegado de la Sagarpa. El problema de esto, resaltó el funcionario federal, es que cuando los hombres se van a otras ciudades o países no dejan a sus mujeres la documentación que las acredite como propietarias y así puedan acceder a los programas federales o estatales de apoyo al campo; de tal modo que se quedan sin recibir lo que con anterioridad entregaban los gobiernos a sus esposos como el fertilizante y otros insumos. El funcionario federal agregó que cuando los hombres se van y dejan las parcelas a sus esposas, ellas podrán acceder a los beneficios sólo del programa Procampo si los titulares están registrados en el banco y cuentan con tarjeta para hacer los retiros. Lo único que se requiere es que la esposa tenga la tarjeta y conozca el número confidencial para hacer los retiros. Otro modo para seguir recibiendo ese beneficio es mediante un contrato de arrendamiento; y en el caso de que las tierras sean bienes comunales, la esposa puede recibir el apoyo siempre y cuando sea reconocida por la asamblea y su caso quede registrado en el acta correspondiente. Por su parte, Evencio Romero Sotelo, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Guerrero reconoció que la mayoría de las gestoras de programas y proyectos para el campo son mujeres, que constituyen el 60 por ciento de la totalidad del campesinado guerrerense. Explicó que ante el abandono de las parcelas por parte de los hombres, las mujeres muchas veces no cuentan con los documentos que las acrediten para acceder a beneficios institucionales; “por eso a través de la liga, nosotros las ayudamos a regularizarse ante el Registro Agrario Nacional o el Tribunal Agrario, según sea el caso”, ya con la titularidad adquieren derechos para participar en los programas estatales y federales. El también diputado local, informó que la Secretaría de la Reforma Agraria tiene un programa de apoyo a la mujer campesina, por medio del cual se ayuda con créditos blandos de 180 mil pesos para instalar granjas de puercos, molinos o tortillerías en las comunidades y ya hay varios que se están gestionando, dijo el dirigente campesino. Otro de los programas es a través de la Secretaría de Desarrollo Rural “de donde logramos bajar cerca de 3 millones de pesos para unas 50 mujeres de la comunidad de Cacahuatepec, municipio de Acapulco, donde se construyeron asoleaderos para la jamaica”. Es decir que además de sembrar las tierras de labor, cuidar y educar a sus hijos, las campesinas se han dado tiempo también para organizarse y buscar apoyos institucionales que antes les entregaban solo a hombres por ser los propietarios de las tierras. (Baltazar Jiménez Rosales)

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