Indignados ciudadanos de Olinalá toman en sus manos el control de la seguridad

Asesinatos, secuestros, extorsión a comerciantes, amenazas de muerte, venta de drogas en escuelas, así es como relatan, se encontraba la cabecera municipal de Olinalá, y comunidades aledañas, situación que afirman provocó el levantamiento en armas de la población el pasado sábado. “Los
sicarios se paseaban libremente por las calles, vendiendo drogas en las escuelas, secuestrando gente, a la vista de las autoridades municipales, la sociedad se hartó, no vamos a permitir que el crimen organizado solapado por las corporaciones policiacas, siga corrompiendo a los niños” lamentó la ciudadanía. Sin revelar ningún nombre por temor a las represalias no solo de las autoridades, sino por parte de la delincuencia organizada, los habitantes expusieron sus razones para desconocer a las corporaciones policiacas, y de no tomar cartas en el asunto, también del presidente municipal. El pasado sábado, en Olinalá daban sepultura a un taxista, que fue levantado y posteriormente asesinado; su cuerpo fue encontrado a orillas de la carretera rumbo a la cabecera. Justo en ese momento, empezaron a circular rumores de que un grupo de jóvenes presuntamente pertenecientes a una célula delictiva, se encontraba en la cabecera municipal, lo que despertó la furia de los ciudadanos quienes convocaron de inmediato mediante el toque de las campanas a una reunión de emergencia. Pronto se reunieron más de 500 personas, quienes se organizaron y acudieron hasta el domicilio donde se rumoraba, distribuían drogas, y detuvieron 12 de los jóvenes—por cierto, menores de edad—y los entregaron a las autoridades municipales. Durante la detención, incendiaron una unidad vehicular y dos motocicletas propiedad de los presuntos plagiarios. Al día siguiente, la Dirección de Seguridad Pública Municipal, determinó que no había delitos que perseguir, y liberó a los 12 jóvenes, con el argumento de que no había pruebas para que fueran remitidos ante un Ministerio Público. Esta acción provocó aún más la furia de los ciudadanos, quienes aseguran que los detenidos operaban impunemente, por lo que acusaron de complicidad a la Policía Municipal y le exigieron que se replegaran, y ellos se harían cargo de la seguridad en el municipio. El lunes, se conformó la Comisión de Supervisión y Vigilancia, integrada por ciudadanos, que se armaron con rifles, escopetas y machetes, con el aval de la población de Olinalá. La recién integrada comisión, instaló retenes en los cinco accesos a la ciudad, con personas armadas en cada uno, quienes además llevaron a cabo la detención de cuatro adolescentes a quienes señalan de apoyar acciones delictivas, a quienes obligaron a confesar quienes eran los responsables de los secuestros. El Comité de Vigilancia acudió entonces con el presidente municipal, Eusebio González Rodríguez, para solicitar la presencia de un Ministerio Público, quien tomara los testimonios de las detenidas, que por ser menores de edad no pudieron permanecer en la cárcel. El alcalde, informó a la ciudadanía que se trasladaría a Chilpancingo, para buscar la ayuda del Gobierno del Estado, misma que no llegó sino hasta ayer por la tarde, cuando ya la ciudadanía mantenía el control en el municipio. Olinalá con sus cinco mil habitantes, nueve escuelas, preescolar, primaria, secundaria, preparatoria e Instituto Tecnológico, se encuentra paralizada, las clases, comercio, y cualquier actividad suspendidas, solo enfocadas al resguardo de la población ante posibles amenazas o represalia del crimen organizado. Por su parte el presidente municipal, convocó para el día de ayer a una reunión, en la que participaron 46 comisarios de las 65 comunidades que integran el municipio, a quienes manifestó que buscará por todos los medios posibles restablecer el orden. Los ciudadanos presentes emplazaron al edil, a que si el próximo sábado no se ha conformado una Policía Comunitaria que se haga cargo de la seguridad y destituido la Policía Municipal, recrudecerán sus acciones y pedirán que deje el cargo. Los dirigentes del movimiento, exhortaron al Gobierno del Estado, tome cartas en el asunto, debido a que podrían generarse incluso muertes, por las constantes amenazas de las que han sido víctimas desde el día sábado cuando expulsaron de la cabecera a los presuntos delincuentes. Por el momento hay cinco retenes instalados en las entradas a Olinalá en los cuales participan ciudadanos de cinco comunidades y municipios como Huamuxtitlán, montando guardias de 12 horas, en las que se revisan a todos quienes entran y salen. El ambiente es sumamente tenso, pues a la menor irregularidad, levantan las armas, y manifiestan que no permitirán que el narcotráfico tome el control en su municipio (ANG).

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