Ayotzinapa fue de las primeras escuelas en irse de vacaciones
Humberto Santos Bautista, director de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, confirmó que a pesar de que por el movimiento estudiantil que realizaron los normalistas a finales del año pasado y los dos primeros meses del presente, que derivó en tres meses de suspensión de clases, el
pasado seis de julio —antes que en cualquier otra escuela de nivel superior— se clausuró formalmente el ciclo escolar en esa institución.
Sobre los trabajos de recuperación de clases, que proyectaban clases extra turnos y recorrer el calendario escolar, el director indicó que en Ayotzinapa “se hizo lo humanamente posible para que los semestres salieran con la calidad académica que se requiere”.
Cabe recordar que en los primeros días del mes de noviembre del año pasado se inició un movimiento de trabajadores que demandaban que el director se nombrara de entre el personal de esa propia institución, a eso los estudiantes respondieron con un paro, y movilizaciones para exigir que el director saliera de una convocatoria amplia que se hiciera en todo el estado a los académicos.
Como parte de las movilizaciones, los normalistas realizaron el bloqueo carretero del 12 de diciembre al sur de Chilpancingo, de donde fueron desalojados por fuerzas del orden y dos normalistas perecieron asesinados a balazos en el lugar, tras de eso las movilizaciones se intensificaron y fue hasta mediados del mes de febrero cuando se reiniciaron clases.
A partir de febrero primero se recuperarían las clases del semestre perdido hasta llegadas las vacaciones de Semana Santa, que concluyeron a mediados del mes de abril, ahí iniciaron el semestre mismo que dieron por terminado el seis de julio pasado, es decir que no duró más que dos meses y ello sin considerar que en Mayo se suspendieron clases por el día del Maestro, de las Madres, del Estudiante, el día Del Trabajo, la Batalla De Puebla, y con algunos se hizo puente.
Cuestionado sobre esta situación, Humberto Santos Bautista, indicó, “he dicho en otros momentos que el problema no es nada más de Ayotzinapa, es todo el sistema de formación docente, desafortunadamente hay una visión muy ortodoxa de lo que es la formación docente y uniformaron los planes y programas de todo el país, entonces se olvidó el carácter rural que tiene la escuela, se olvidó que en el caso de Guerrero, es un estado que por los próximos 25 años seguirá siendo eminentemente rural y por otro lado se olvidó que somos uno de los estados con una riqueza cultural enorme, impresionante, pero lamentablemente desconocida”.
Argumentó que para recuperar el semestre se dieron a los alumnos además de las clases formales, cursos talleres, seminarios, en los que desfilaron lo mejor que tiene la academia guerrerense y muchos de nivel nacional, “se hizo lo humanamente posible porque los recursos son escasos y gracias a la amistad con muchos compañeros se hizo lo que se pudo”.
Añadió que se logró salvar los semestres y académicamente se rescataron algunas cosas pero fundamentalmente la parte académica y el papel ético que debe tener el profesor, porque una cosa es formar profesores para que trabajen en Chilpancingo Acapulco e Iguala u otros centros principales y de alto desarrollo, “otra cosa es por ejemplo comunidades desconocidas como el Coyul , que nadie sabe dónde queda hasta que les dicen pertenece a Metlatónoc, es la que colinda con la zona amuzga de Ometepec, o donde queda Yuvi Navi, Yoloxochiltl, Zitlaltepec, en fin varias de esas comunidades que solo se conocen cuando se recorre a pie el estado, cuando se trabaja ahí. Eso implica formar con una vocación ética distinta al profesor, no como ahora que solamente se tiene la idea de que ser profesor es una chamba”.
Finalmente el académico criticó el sistema administrativo que permite la heredad de plazas docentes, lo que dijo permite que los nuevos maestros sean chambistas y pierdan la vocación del profesor rural, “lamentablemente eso se está instrumentando con todas estas ideas de la herencia de plazas ahora todo se hereda, se heredan diputaciones, presidencias regidurías”. (Abel Miranda Ayala)
pasado seis de julio —antes que en cualquier otra escuela de nivel superior— se clausuró formalmente el ciclo escolar en esa institución.
Sobre los trabajos de recuperación de clases, que proyectaban clases extra turnos y recorrer el calendario escolar, el director indicó que en Ayotzinapa “se hizo lo humanamente posible para que los semestres salieran con la calidad académica que se requiere”.
Cabe recordar que en los primeros días del mes de noviembre del año pasado se inició un movimiento de trabajadores que demandaban que el director se nombrara de entre el personal de esa propia institución, a eso los estudiantes respondieron con un paro, y movilizaciones para exigir que el director saliera de una convocatoria amplia que se hiciera en todo el estado a los académicos.
Como parte de las movilizaciones, los normalistas realizaron el bloqueo carretero del 12 de diciembre al sur de Chilpancingo, de donde fueron desalojados por fuerzas del orden y dos normalistas perecieron asesinados a balazos en el lugar, tras de eso las movilizaciones se intensificaron y fue hasta mediados del mes de febrero cuando se reiniciaron clases.
A partir de febrero primero se recuperarían las clases del semestre perdido hasta llegadas las vacaciones de Semana Santa, que concluyeron a mediados del mes de abril, ahí iniciaron el semestre mismo que dieron por terminado el seis de julio pasado, es decir que no duró más que dos meses y ello sin considerar que en Mayo se suspendieron clases por el día del Maestro, de las Madres, del Estudiante, el día Del Trabajo, la Batalla De Puebla, y con algunos se hizo puente.
Cuestionado sobre esta situación, Humberto Santos Bautista, indicó, “he dicho en otros momentos que el problema no es nada más de Ayotzinapa, es todo el sistema de formación docente, desafortunadamente hay una visión muy ortodoxa de lo que es la formación docente y uniformaron los planes y programas de todo el país, entonces se olvidó el carácter rural que tiene la escuela, se olvidó que en el caso de Guerrero, es un estado que por los próximos 25 años seguirá siendo eminentemente rural y por otro lado se olvidó que somos uno de los estados con una riqueza cultural enorme, impresionante, pero lamentablemente desconocida”.
Argumentó que para recuperar el semestre se dieron a los alumnos además de las clases formales, cursos talleres, seminarios, en los que desfilaron lo mejor que tiene la academia guerrerense y muchos de nivel nacional, “se hizo lo humanamente posible porque los recursos son escasos y gracias a la amistad con muchos compañeros se hizo lo que se pudo”.
Añadió que se logró salvar los semestres y académicamente se rescataron algunas cosas pero fundamentalmente la parte académica y el papel ético que debe tener el profesor, porque una cosa es formar profesores para que trabajen en Chilpancingo Acapulco e Iguala u otros centros principales y de alto desarrollo, “otra cosa es por ejemplo comunidades desconocidas como el Coyul , que nadie sabe dónde queda hasta que les dicen pertenece a Metlatónoc, es la que colinda con la zona amuzga de Ometepec, o donde queda Yuvi Navi, Yoloxochiltl, Zitlaltepec, en fin varias de esas comunidades que solo se conocen cuando se recorre a pie el estado, cuando se trabaja ahí. Eso implica formar con una vocación ética distinta al profesor, no como ahora que solamente se tiene la idea de que ser profesor es una chamba”.
Finalmente el académico criticó el sistema administrativo que permite la heredad de plazas docentes, lo que dijo permite que los nuevos maestros sean chambistas y pierdan la vocación del profesor rural, “lamentablemente eso se está instrumentando con todas estas ideas de la herencia de plazas ahora todo se hereda, se heredan diputaciones, presidencias regidurías”. (Abel Miranda Ayala)
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