Aumentan asesinatos en Acapulco y la Costa Chica: Sánchez Néstor

Taxco, Gro.- En el estado de Guerrero son asesinadas de forma violenta unas 120 mujeres cada año —la mayoría en Acapulco y Costa Chica—y muchas veces los homicidas son sus propias parejas; reveló Martha Sánchez Néstor, dirigente del Grupo Plural por la Equidad de Género y Adelanto de las
Mujeres en Guerrero (GPEGAM).
Refirió que en los municipios de Acapulco y los de Costa Chica han sido asesinadas muchas mujeres, aunque dichos decesos son considerados en otro tipo de violencia porque se presentaron a manos de grupos organizados.
Sánchez Néstor, reconoció que el tema de la violencia hacia las mujeres se ve como un problema profundo y no solamente cuando se registra algún homicidio, porque es el rostro de la discriminación hacia ese sector de la sociedad.
Lamentó que los infractores de la ley se encuentren bien organizados, mientras que millones de habitantes no puedan organizarse en temas como la violencia, el voto consciente, democrático, progresista y de género, por ello llamó a las féminas a hacer valer el poder que tienen en las manos, “porque nadie podría gobernar si nosotras no vendemos nuestros votos, si somos mujeres que creen en una agenda y en un tema más que en la despensa que nos regalen”.
Puntualizó que también en las comunidades rurales se ejerce violencia hacia la mujer, cuando no se les permite participar en las asambleas de los pueblos, asimismo la violencia estructural relacionada con la prohibición en cuanto a la participación política de las féminas en busca de algún cargo de elección popular.
Reprochó que cuando a las mujeres se les otorga el derecho a participar en actividades políticas, se les quitan las postulaciones a través de “cabildeos” entre varones porque no hay candidaturas colectivas, a pesar de que es un derecho.
Martha Sánchez, expuso que muchas ocasiones la democracia no responde a los verdaderos intereses de los pueblos, de las mujeres, de la educación, salud y falta de empleo, por ello urgió a que la participación política de las féminas sea una realidad y se apegue a la agenda de las propias mujeres, de los colectivos y de los derechos humanos (ANG)

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