René Lobato y Noriega Cantú manifiestan su apoyo a Peña Nieto y Juárez Cisneros

*Acusan a dirigentes perredistas de hacer de candidaturas un negocio
rentable; hoy el sustento ideológico del PRD es letra muerta, afirman


El ex dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, René Lobato Ramírez, anunció ayer su determinación de apoyar a Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia de la República, y junto con él, Heriberto Noriega Cantú, también perredista, dieron a conocer que solicitarán licencia
indefinida en su militancia al PRD.
Mediante un desplegado, en el que acusan a sus dirigentes de haber hecho de las candidaturas un “negocio rentable”, los dos destacados militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aseguran que con su decisión de pedir licencia indefinida al partido del sol azteca, solo siguen “el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador, para no ser cómplices de la traición de quienes usufructúan las dirigencias y los órganos de decisión del partido”.
En el extenso comunicado que ayer hicieron llegar a los medios de comunicación, Lobato Ramírez y Noriega Cantú, quienes ya han sido dos veces diputados locales por la llamada “izquierda”, recuerdan que el PRD surgió en la vida pública de nuestro país como una alternativa de miles de ciudadanos, que creyeron encontrar en ese partido “una esperanza en la reivindicación de nuestros ideales, una posibilidad de cambio por la vía pacífica y un espacio en donde aglutináramos nuestras fuerzas para contribuir a la transformación democrática de nuestro país, combatiendo a la corrupción, la antidemocracia, la injusticia y la trasgresión de los derechos civiles y políticos”.
Destacan que ahora, a 23 años de su fundación, del PRD “queda muy poco y ya no representa lo mismo. Con mucho pesar, tenemos que reconocerlo, lo que antes fue esperanza ahora es desilusión; lo que antes fue un anhelo de democracia colectiva, ahora es un cúmulo de ambiciones personales”
Agregan que hoy, el sustento ideológico del PRD es letra muerta; sus dirigentes, se conducen con autoritarismo ante las bases del partido y, además, con entreguismo hacia quienes ostentan el poder.
Lobato Ramírez y Noriega Cantú, de manera autocrítica, reprochan además al PRD que no haya sido capaz de “generar una nueva clase política que nos distinga de las demás. Por el contrario, hemos sustentado nuestros triunfos en el reclutamiento de cuadros ajenos a nuestra ideología, trayendo como consecuencia que, en el ejercicio del poder, la izquierda se desdibuje para dar paso a las mismas prácticas que antes combatimos con tanta vehemencia”.
En este contexto aseguran que los casos de Juan Sabines en Chiapas, de Zeferino Torreblanca y de Ángel Aguirre en Guerrero, son los más patéticos de esta triste realidad.
Y se cuestionan…¿Cómo le explicamos a nuestra militancia las imposiciones de candidaturas, cuando nacimos precisamente reclamando democracia y transparencia? ¿Cómo explicar tanta torpeza, tanto autoritarismo, tanto nepotismo y tanta arbitrariedad de las cúpulas partidistas nacionales y estatales? ¿Cómo le explicamos a la militancia que le han arrebatado su derecho de decidir, para dar paso al reparto de las cuotas de poder entre las corrientes internas nacionales y locales? No hay explicación que valga ante esa conducta deleznable.
Es obvio que el proyecto de nación se ha convertido en una pobre quimera, ya que desde la dirigencia nacional, hasta las estatales y las municipales, han hecho de las candidaturas un negocio rentable.
Precisan que en cambio, lo que SI tiene el PRD, y en abundancia, son políticos que no tienen vocación de servicio, pero sí una desmedida ambición de poder para acumular dinero, sin importarles pulverizar las esperanzas de una militancia ávida de democracia y transparencia. Todo, a cambio de su interlocución privilegiada con los gobernadores de los estados y, particularmente, con el presidente de la República, a cambio de prebendas y canonjías que les ha permitido incrementar sus escandalosas fortunas personales.
Aseguran que en Guerrero, este cáncer también existe, y ha contaminado todas las estructuras partidarias. De hecho no existen los derechos de la militancia; se ha trastocado, como nunca antes, la vida institucional y se ha renunciado a los principios que dieron origen al PRD.
René Lobato Ramírez y Heriberto Noriega Cantú destacan que la prueba más fehaciente de la gran corrupción que existe dentro del PRD, ha sido el reciente atraco en la nominación de los candidatos a cargos de elección popular, donde se ignoró la trayectoria partidista, se despreció el perfil de los aspirantes, se desecharon las candidaturas ganadoras, se transgredieron las normas estatutarias, para abrirle el paso a las candidaturas de los hijos, los hermanos, los recomendados, los amigos, las concubinas, los incondicionales y los tránsfugas.
Acusan además a los dirigentes de las principales corrientes perredistas, de tener secuestrado al partido…”se apoderaron del PRD con el único propósito de satisfacer sus ambiciones personales”.
Por ello hicieron un llamado a la militancia perredista para que dejen solos a los dirigentes, para que fracasen en sus negociaciones oscuras; “para que entiendan que la militancia es la verdadera fuerza que mantiene vivo a cualquier partido político”.
Finalmente señalan es una gran “mentira que moralmente estemos obligados a votar por los candidatos espurios para poder salvar al PRD de la derrota; nuestra lucha no se agota en las urnas, no nacimos únicamente para ganar elecciones, nacimos con un propósito sublime, nacimos para democratizar a este país y librarlo de la corrupción, del autoritarismo y de las mafias que controlan las membrecías partidarias para fortalecer cacicazgos”. (Redacción)

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