Sismos y violencia aumentan asistencia a los actos relativos a la Semana Santa

Los frecuentes sismos que han ocurrido en el estado y la alta incidencia de violencia que registra la entidad fueron algunos de los motivos que fomentaron una muy alta participación de la población católica en los actos relativos a la Semana Santa, reconoció el párroco de la Catedral de Santa María
de la Asunción, Benito Cuenca Mayo.
“La muy amplia participación de la feligresía nos habla del hambre que tienen nuestros fieles de Dios y mucha gente de buena voluntad que también se ha acercado para acompañar a sus familiares, para buscar momentos de paz en su espíritu, pero realmente ha sido una de las experiencias más bellas en la ciudad”, indicó el sacerdote.
Incluso reconoció que a raíz de que las misas dominicales se han realizado en la explanada del zócalo y no en el interior de la Catedral, la participación de la gente es mayor, “no quiero decir que no hay mal que por bien no venga pero sí, tenemos más feligreses participando en las actividades de la iglesia”.

LAMENTABLE ACTITUD DEL PADRE DE SAN ANTONIO


En lo que se refiere al conflicto que se generó en el barrio de San Antonio, luego de que el padre de ese lugar suspendiera la representación del viacrucis y se negara a recibir y bendecir a los penitentes que hicieron el recorrido en franca rebeldía, el párroco Cuenca Mayo, consideró que fueron hechos lamentables, y consideró que el sacerdote Daniel Castellanos Barba debió acompañar a los feligreses pues es su obligación estar con ellos.
“Lamentamos mucho que se hayan dado los acontecimientos de San Antonio porque la gente lo único que nos pide es que estemos con ellos, que hagamos nuestro su sufrimiento, su pena, sus dolores, sus preocupaciones”, señaló
A pesar de que dijo no estar autorizado para emitir un pronunciamiento sobre el tema, consideró que el padre Daniel actuó de forma incorrecta, sin embargo la fe de los feligreses se manifestó y fue por ello que hubo algunas procesiones: “lamento mucho como presbiterio de la Diócesis que se presenten este tipo de actitudes sobre todo en acontecimientos tan importantes como es la celebración de la Semana Santa”.
Comentó que una vez que el obispo sea enterado del problema que priva en el barrio de San Antonio, convocará al Consejo Episcopal para analizar los hechos y determinar si procede aplicar alguna sanción al párroco o cambiarlo de capilla.
Sobre las firmas que los feligreses juntaron para demandar la destitución del clérigo, indicó que están en todo su derecho de manifestarle al Obispo su inquietud quien habrá de tomarlas en cuenta al momento de tomar una determinación: “es un caso muy especial, se entiende que el obispo como primer responsable de las parroquias habrá de tomar algunas medidas que seguramente la legislación de la iglesia lo establece”.
Finalmente indicó que en el caso de las amenazas que vertió el padre Daniel acerca de excomulgar a quienes organizaron y participaron en la procesión de los penitentes en el barrio de San Antonio, Cuenca Mayo aclaró que las excomuniones no podrán ser ejecutadas puesto que en la diócesis, el único que puede tomar una determinación de ese tipo es el obispo.
Cabe recordar que el párroco de la Iglesia de San Antonio, Daniel Castellanos, se confrontó el pasado viernes con los feligreses que participaron en la procesión de los penitentes, por haberla realizado sin su consentimiento cuando él había anunciado que por las fracturas en las estructuras de la parroquia se cancelaban todas las representaciones de la Semana santa.
El viernes, en franca rebeldía, los feligreses acudieron a la iglesia, sacaron las cruces que se utilizan en esa procesión aunque no se les permitió sacar las imágenes de los santos.
Al finalizar la peregrinación el padre Daniel increpó a los feligreses y tras calificarlos de delincuentes les dijo que no volverían a guardar las cruces en la bodega de la iglesia, además de que amenazó con excomulgarlos a todos los que conspiran para que sea destituido de esta parroquia, pues en el lugar se juntaron cientos de firmas pidiendo que sea cambiado. (Abel Miranda Ayala)

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