El asesinato de Acosta Chaparro fue para eliminar cabos sueltos afirma “un experto”

El asesinato del general Mario Arturo Acosta Chaparro, fue para “eliminar los cabos sueltos e impedir que la Comisión de la Verdad investigue a fondo los sucesos de la Guerra Sucia en Guerrero durante la década de 1969 a 1979”...

Al menos eso afirma, Rafael Aréstegui Ruiz, rector de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero, quien aseguró que Acosta Chaparro “merecía muchas cosas” pero principalmente un juicio legal para que respondiera por “todos los crímenes que cometió en el pasado”.
Durante la Guerra Sucia, Aréstegui Ruiz, pertenecía al Movimiento de Lucha Revolucionaria en Guerrero durante la década de los 70´s junto con los ex luchadores sociales, Rubén Jaramillo y Florencio “El güero” Medrano Medreros.
Ayer en conferencia de un céntrico restaurante de esta capital, el rector de la Universidad Intercultural, consideró que el asesinato de Acosta Chaparro no fue obra del narcotráfico.
“Si el asesinato hubiera venido del narcotráfico le hubieran rociado 50 balas de cuerno de chivo; fue un asesino profesional el que lo ejecutó y para mí, la tesis que sostengo es que (su asesinato) fue para eliminar los cabos sueltos e impedir que la Comisión de la Verdad pueda indagar a fondo qué pasó con la Guerra Sucia en Guerrero”, aseguró.
Añadió que el asesinato del ex general militar, “fue para quitar el testigo y actor principal de lo que pasó en la Guerra Sucia y quienes lo hicieron fueron los que se beneficiaron en ese entonces”.
Alertó que el principal obstáculo de la Comisión de la Verdad en Guerrero serán los propios gobernantes, la clase política, militares y caciques que dominaron la Guerra Sucia, sobre todo porque “algunos gobiernos no han perdido líneas con ellos”.
Consideró que para esclarecer a fondo las persecuciones y desapariciones forzadas en Guerrero se requiere que se abran los expedientes para conocer con detalle todo lo que pasó y está pasando pero lamentó que el gobierno federal, “de derecha”, le apuestan a “que haya olvido y que (los ciudadanos) pierdan la memoria de los aspectos más importantes y que quieren ocultar para tapar la Guerra Sucia”.
Dijo que los archivos históricos de esa etapa están en poder del Ejército Mexicano “pero se cuidan las espaldas” y que el éxito de la Comisión de la Verdad va a depender del “entusiasmo, de las ganas y de la voluntad política que le pongan sus integrantes, de quienes gobiernan para abrir los expedientes y de la propia ciudadanía”.
Pero lamentó, “tenemos una sociedad civil adormilada, mediatizada con unos medios de comunicación, sobre todo la televisión, frívolos que no permiten abundar más”.
Comentó que ya se han formado otras comisiones similares pero cuando comienzan a dar resultados, los sistemas de gobierno comienzan a ejercer presión, principalmente económica, para desarticularlas y evitar que continúen con sus investigaciones.
A diferencia de México, expuso que en Argentina sí llegó al fondo de los asuntos y después de los procesos jurídicos, fueron encarcelados los generales y efectivos militares que incurrieron en actos de represión, “aquí no se les permite llegar al fondo del asunto y no se castiga a los responsables”.
Sin embargo, añadió que los integrantes de la Comisión de la Verdad que fueron designados la semana pasada por el Congreso local son personas comprometidas con la lucha social y confío que puedan llegar al fondo del asunto.
Particularmente del comisionado, Enrique González Ruiz, “está su integridad a toda prueba, ha sido mediador con el Ejército Popular Revolucionario y ante las autoridades, es una personal intachable, e incorruptible”. (www.agenciairza.com)

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