Impune venta “clandestina” de cohetes

A pesar de las campañas de prevención, y decomiso para evitar la venta clandestina de juegos pirotécnicos que han impulsado la subsecretaría de protección civil estatal y municipal, así como la Procuraduría General de las República, vendedores ambulantes con toda impunidad realizan la venta
de explosivos en los pasillos del Mercado Baltazar R Leyva Mancilla.
“¿Tiene palomas?”, preguntó el niño de apenas unos 10 años al vendedor que caminaba por el estacionamiento del mercado empujando un diablito con una cajas y sobre ella una charola con algunos cohetes de chispas, el vendedor abrió un compartimento y sacó varios tipos de cohetes, para venderle al menor.
En las muestras que el vendedor enseñó, le dijo tenía además de las palomas, bombas, cañones, AR15, bazucas, entre otros, además de los tradicionales chifladores, bombas de humo y chispitas.
El vendedor se negó a platicar con el reportero porque dijo seguro le generaría problemas, sin embargo escuetamente comentó que “se mocha” con los inspectores y paga una cuota igual que los que venden discos piratas, pero no quiso decir exactamente a quien entrega estos recursos.
Cabe señalar que en Guerrero el uso de la pirotecnia ha sido muy restringido como resultado de decenas de accidentes que han dejado personas fallecidas y lesionadas, además de incuantificables daños materiales, tan sólo recordar la explosión de cohetes durante el paseo del pendón en el año 2004 donde una decena de personas resultaron con lesiones, o el quemado de este año a quien le rebotó un cohete de la pared y le generó quemaduras de segundo grado en un chamorro.
Por supuesto se recuerdan explosiones en polvorines de Tixtla y Chilapa, donde han fallecido personas y por supuesto cada año en hospitales y centros de salud se reciben decenas de casos de niños quemados, que pierden dedos y otras partes del cuerpo cuando los cohetes que les son vendidos de manera clandestina, les revientan antes de lanzarlos, por ello el llamado a los padres de familia a que no permitan que sus hijos compren material explosivo. (Abel Miranda Ayala)

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