ATRÁS DE LA RAYA

Por: Heliodoro Cerros Flores


La escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa se encuentra inmersa en una auténtica polémica por los sucesos de violencia que se registraron el pasado día 12, que dejaron como saldo dos estudiantes muertos y varios heridos, entre ellos dos trabajadores que evitaron una tragedia mayor al
evitar que se incendiara y explotará una de las gasolineras del sur de la ciudad.


SE DEMANDA EL CIERRE O LA REUBICACIÓN DE LA NORMAL A LA REGIÓN DE LA MONTAÑA.
Para que recobre su vocación rural, porque actualmente ninguno de los estudiantes que egresan de esa escuela tiene ganas o interés de ir a trabajar al lado de los campesinos, de los indígenas, en las zonas marginadas, en donde realmente se requieren sus servicios para cambiar las condiciones de vida de esa población, y no tan solo brindando educación a los niños, sino llevándoles a los adultos, a los padres de familia, nuevos conocimientos sobre higiene personal, sobre el manejo higiénico de los alimentos, sobre oficios como cortes de pelo, tejidos de palma, sobre curtiduría, encuadernación, sobre la elaboración de perfumes y jabones, de carpintería, albañilería, la apicultura y la diversificación de los cultivos en la agricultura para que no solo estén atenidos a la siembra y la cosecha del maíz, sin dejar de lado la construcción de letrinas para suprimir los defecaderos al aire libre y los daños a la salud que ello representa.


ACTUALMENTE LOS ESTUDIANTES EGRESAN “ABURGUESADOS” CAMUFLADOS DE IDEAS” REVOLUCIONARIAS”.
Cuando se fundo la escuela, los estudiantes, además de sus labores escolares, realizaban prácticas de servicio social en las comunidades y ejercían la agricultura en las más de seis hectáreas de terreno con que cuenta la ex hacienda de Ayotzinapa, por lo que además de contar con suficiente alimento, desde hortalizas, garbanzos, caña de azúcar y maíz, entre otros, les sobraba para vender y allegarse recursos económicos; eran prácticamente autosuficientes y egresaban verdaderamente preparados para educar y para organizar a la población indígena y campesina, para ser unos verdaderos guías, con una verdadera vocación de maestros rurales que les generaba el cariño y el respeto de toda la población, pero ahora egresan “aburguesados”, camuflados con ideas “revolucionarias”, “socialistas” dicen sus panegiristas y voceros, no van a las comunidades a brindar sus servicios porque no encuentran las ventajas ni las comodidades de las grandes ciudades; se engañan y quieren engañar a toda la sociedad, viven en un circulo vicioso de mentiras dejando atrás la vocación de maestro normalista rural que permitió la creación de la Normal Rural que consolidó con gran pasión el maestro Raúl Isidro Burgos quien llegó a dicha institución educativa cuando todavía era la Escuela Normal Regional “Conrado Abundes” en 1932.


EN LOS TERRENOS DE LA EXHACIENDA DE AYOTZINAPA SE DEBE CREAR UN TECNOLÓGICO AGROPECUARIO O DECLARARLA. POR LEY, UNA ZONA PROTEGIDA, UN PARQUE ECOLÓGICO EN BENEFICIO DE TODA LA SOCIEDAD.
Lo que ya no puede dar marcha atrás, es el cierre definitivo o la reubicación de la normal rural de Ayotzinapa, la ciudadanía está proponiendo que si se decide mantenerla que sea llevada a la Región de la Montaña, a Metlatonoc, para que la institución recobre su origen, y si hay dudas, se pide también que se implemente una consulta popular, que se tome en cuenta la opinión de toda la población quien ya aconseja que se cree un auténtico tecnológico agropecuario o que se transforme en un parque ecológico que pueda servir de esparcimiento para toda la sociedad, es decir, que se le de un mejor uso, un mejor destino a esas instalaciones y a esas tierras.


LA LUCHA ARMADA SE QUEDÓ EN LA DÉCADA DE LOS SETENTAS
Quienes participaron en ese movimiento tuvieron que reconocer que la guerrilla, la lucha armada, ya no era una vía para transformar a la sociedad, que se requerían nuevas formas de lucha para terminar con las desigualdades, con la miseria, con la pobreza, contra la injusticia, la opresión y contra todos los males ancestrales que afectan a toda la sociedad; ya no son solo los proletarios, los campesinos o los obreros, sino todos los sectores de la sociedad los que deben de participar de manera unida y organizada para cambiar el estado de cosas, y hoy, es por la vía institucional, por la vía electoral, por donde se ha decidido impulsar esos cambios, una vía que se debe de fortalecer…Veremos.

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